Esta semana se conocieron nuevos datos sobre el cambio climático que revelaron que el 2015 fue el año más caluroso de la historia desde 1880, tiempo en que comenzaron a llevarse los registros de temperatura. El informe es de la Agencia Estadounidense Oceánica y Atmosférica (NOAA).
Aunque Paraguay se encuentra aún muy alejado de los países que más contaminan en el planeta (China y EEUU), sí está entre los primeros con mayor aceleración en pérdida de bosques. A pesar de contar con la Ley 2524 de Deforestación Cero para la Región Oriental no se pudo detener la eliminación de 231.882 hectáreas de bosques de este sector del país en la última década.
Además, mensualmente en el Chaco se desmontan 11.700 hectáreas, cinco veces la superficie de la capital paraguaya, según datos de Guyra Paraguay en 2015, obtenidos mediante estudios geoespaciales.
¿Qué consecuencias acarrea esta tala indiscriminada, sumada a los gases de efecto invernadero (GEI), generados, por ejemplo, por la basura que producimos? Un infierno en la tierra, un tatapýî ári jehasa (caminata sobre brasas) constante, sin tanta gracia como en el San Juan Ára.
Sucede que los bosques neutralizan los GEI. Por eso la Ley 2524 se debe cumplir, y ampliar su plazo más allá del 2018. También existe una perentoria necesidad de reforestar, tarea con la que serían casi siete millones de árboles nuevos solamente en Paraguay, si cada habitante planta uno.
Porque, de lo contrario, es clara la probabilidad de seguir rompiendo récords de calor; mientras las estadísticas ya nos muestran que 9 de 10 de los años más cálidos ocurrieron desde el 2000.
El planeta viene hablando sobre las consecuencias del cambio climático. En el 2015, el Informe mundial sobre desastres, publicado por la Federación Internacional de la Cruz Roja (FICR), señalaba que el 87 por ciento de los desastres naturales ocurridos en el 2014 estuvieron relacionados con el clima.
En algunos de estos datos radica la importancia del pacto de la conferencia de París sobre el cambio climático de diciembre pasado, cuando 195 países aprobaron el acuerdo donde se comprometen a lograr que el aumento de las temperaturas se mantenga por debajo de 2ºC. Esperamos que el convenio no quede simplemente en los papeles, porque las concentraciones actuales de GEI nos apuran, ya que son las más elevadas registradas en 800.000 años.
El objetivo implica reducir entre 40 y 70 por ciento las emisiones de GEI de aquí a 2050 (con relación a 2010) y hacerlas desaparecer en el 2100. Cumplamos con nuestra parte siendo más cuidadosos con la basura y con los árboles.