La comunidad se prepara para recibir este Viernes Santo con una muestra única de devoción y tradición. Más de 15.000 candiles y más de 300 antorchas serán encendidos para acompañar la procesión, creando un ambiente de reverencia y solemnidad en honor a la Virgen.
Uno de los aspectos destacados de este año es la luminosa procesión que se llevará a cabo alrededor de las 18:00. Los fieles recorrerán un trayecto de aproximadamente 1.000 metros, rodeado de la tranquila belleza de los caminos de tierra cercanos a la barraca, donde se exhiben los cuadros vivientes y otras manifestaciones artísticas.
Asimismo, en las diferentes parroquias, capillas e iglesias se espera como cada año a los fieles para revivir la última cena del Señor, el lavatorio de los pies, las siete palabras y la reflexión sobre la pasión y muerte de Jesús.
“El Viernes Santo, desde muy temprano, muchos de nosotros iremos a la iglesia a encontrarnos con el misterio de la muerte de Jesús acompañándolo en el calvario. Ese día en muchas iglesias elevaremos un trono en donde, con hojas de laurel y caña de azúcar, vamos a representar a toda la naturaleza creada por Dios y que estará a los pies de Jesús, nuestro Rey. Las ramas de laurel, de caña de azúcar, las llevaremos como un signo también en nuestros hogares de que hemos participado del acontecimiento de la muerte de Jesús’’, indicó el padre Hugo Fernández, en un video subido a la página del Arzobispado.
También el viernes, los fieles en silencio realizan la adoración de la cruz, conocida como Tupãitu, se reparte la comunión con hostia que fue consagrada durante la celebración de la misa del Jueves Santo (Ver infografía). Posteriormente a esto, los católicos permanecerán en vigilia para la resurrección de Jesús en Domingo de Pascua. El padre Hugo destaca que el Sábado Santo, cuando entre el sol, los fieles se convocan en las iglesias con las velas y el agua en las manos para que junto con este signo de la luz y del agua, podamos “nosotros también como familia cristiana e hijos de Dios anunciar la resurrección de Jesús que nos invita a que seamos precisamente la luz para el mundo entero y que también bebamos siempre del agua de su bendición y de su gracia”, refirió.