En el análisis del perfil económico y financiero del país, correspondiente a mayo de 2020, la firma destaca que en el 2021, el Producto Interno Bruto (PIB) del país estará creciendo en 4,5%, tras la caída del 2,5% previsto para este año, como efecto de la pandemia a nivel local y mundial.
Así como la agricultura será un impulsor de la recuperación, S&P advierte sobre la vulnerabilidad económica que genera la dependencia por algunos productos agrícolas.
“La economía de Paraguay se mantiene concentrada en productos agrícolas, haciéndola vulnerable a condiciones económicas adversas y a precios volátiles de los commodities. Paraguay es uno de los mayores exportadores de soja en el mundo y su base de exportaciones se concentra en esta materia prima y sus derivados, junto con carne y energía”, señala.
Tras la reactivación económica desde el próximo año, la calificadora estima que el producto interno bruto per cápita (por persona), que sería de USD 5.100 en el 2020, estará incrementándose en 3% en promedio de manera anual desde el 2021 al 2023.
Calificación. En el informe, Standard and Poor’s mantiene la calificación de riesgo país en BB a largo plazo y B a corto plazo, con perspectiva estable. Sin embargo, avisa que podría darse una baja de esa nota en caso de que el desempeño económico sea peor a lo esperado para el periodo de 12 a 18 meses, o en caso de que las políticas del Gobierno sean inadecuadas y perjudiquen la trayectoria de crecimiento de largo plazo, empeorando el perfil financiero y económico del país.
“De no lograr estabilizar las finanzas públicas tras el deterioro esperado en 2020 se podría incrementar significativamente la deuda neta del gobierno general, lo que llevaría a una baja de calificación” indica.
La baja en la calificación, en caso de que suceda, puede afectar el costo (tasas de interés más altas) de financiación de Paraguay en el exterior, principalmente al momento de salir a emitir sus bonos.
Por el lado fiscal, el reporte refiere que este año se estaría cerrando con un desequilibrio -entre gastos e ingresos- equivalente al 6% del PIB. Esto será principalmente por el fuerte gasto realizado por el Gobierno en salud y subsidios, además de la brusca caída de los ingresos, especialmente el tributario. No obstante, espera que a partir del 2022, el déficit fiscal se vaya acercando al tope establecido por la Ley de Responsabilidad Fiscal, que es del 1,5%.
La calificadora menciona que las debilidades del país se centran en las instituciones políticas, el bajo ingreso per cápita, la limitada flexibilidad monetaria y alto nivel de dolarización del sistema financiero. Así también menciona que la solidez macroeconómica del país es la que nivela estas debilidades y mantiene la nota en BB estable.