Con indisimulado y más que justificado orgullo, Pedro Zuccolillo, director ejecutivo del Grupo la Perseverancia, recordó un par de semanas atrás, en ocasión de la inauguración del proyecto “Distrito Perseverancia”, esas palabras de su abuelo. Aquel, de quien heredó no solo el nombre, sino también el compromiso de llamarse igual, gustaba de decir “Solo el trabajo construye”. Con esta frase resonando en la cabeza, podemos admirar y justipreciar aún mejor este portento llamado a ser un ícono en el paisaje asunceno.
No fueron demasiadas las palabras, ni tampoco rebuscadas, para presentar “en sociedad” a este conjunto arquitectónico. Una suma de varios edificios, tanto corporativos como residenciales, unidos por vías a nivel de suelo como elevadas, locales gastronómicos, financieros y comerciales, sumados a una variedad de amenities, que transformaron –asociados a una inversión notable– una superficie en gran parte boscosa de aproximadamente 70 mil metros cuadrados en un barrio abierto y de características únicas.
El trabajo se puede admirar en toda su escala: Comercios, servicios y espacios públicos integrados, pero con una pulcritud pocas veces vista en proyectos privados de semejante envergadura.
Mano de obra: Aquí intervendrán más de 5 mil personas hasta que empiece a operar plenamente, y se crearán fuentes de trabajo para quienes operen los casi 100 locales comerciales, sitios gastronómicos y servicios, que traccionarán la zona 24 horas al día.
Alternativas habitacionales: Los edificios de apartamentos, diseñados cada uno con un estilo diferente, significarán opciones para aquellas familias y personas que buscan, en un entorno sofisticado, calidad y cercanía al centro urbano.
Se sigue honrando al trabajo: Poniendo a consideración el área corporativa, con oficinas modernas y funcionales, atrayendo así a empresas locales como también inversiones extranjeras que buscan presencia estratégica. Todo tiene aroma a marketing bien logrado, a bonanza, a progreso y a un mejor vivir.
Para satisfacer la demanda de todos los paladares, la rotonda gastronómica: ubicada en el corazón del Distrito, se presenta como punto de encuentro, con propuestas culinarias diversas en un entorno verde y distendido.
El trabajo de los diseñadores urbanos también dio lugar a paseos, plazas pequeñas y accesos peatonales, priorizando así a quienes van a pie y generando un ambiente amable y seguro.
También se puso mucho empeño en esta apuesta ambiciosa a la convivencia entre el hormigón y la naturaleza. Esto se comprueba con el cuidado de la sostenibilidad, detalles constructivos y áreas verdes que apuntan a una ciudad más respirable.
La sinergia positiva de la obra ya se decanta en el barrio y sus alrededores, que van cambiando de fisonomía. Y este impulso alcanzará próximamente a la Avenida Artigas, con el inicio de las obras para su mejoramiento integral. Todo esto, por impulso y gestión de la iniciativa privada.
Solo el trabajo construye: esta obra requirió de visión, esfuerzo y capital; sin embargo, por encima de todo, es el fruto del trabajo sostenido de muchos que pusieron el hombro para llevarla adelante. El trabajo levantó esta obra, todo lo demás se cimentó sobre esa base.