Sergio Cáceres Mercado | caceres.mercado@gmail.com
Sabemos que el iniciador de esta tendencia fue el ogro Shrek; desde él hemos visto a un príncipe convertir en rana a su princesa (¡afroamericana!) besadora, a Blancanieves batallar con espadas o resolviendo misterios, a Caperucita Roja luchar contra licántropos, a Hansel y Gretel descuartizar brujas, a Rapunzel rebelarse contra su madre-bruja, etc.
Ahora tenemos a la famosa malvada del cuento La bella durmiente cumpliendo un papel, en parte fiel a sus antecedentes y, por otra, desafiando al destino que la condena a la maldad pura. Eso significa que Maléfica, odiosa desde siempre en aquel recordado clásico de Disney, esta vez nos cae bien, incluso cuando despliega su poder aterrador contra inocentes. Y eso se debe no solo al trasfondo de la trama principal, sino también al talento exquisito de Angelina Jolie. Esta vez no solo ha hecho sacrificios en lo que a maquillaje se refiere, sino que supo alear una mirada y gestos que aúnan al mismo tiempo la dulzura y el odio, la venganza y el perdón, la magia negra y la magia blanca.
Claro que hay elementos bien conocidos. Criaturas del bosque, hadas madrinas, reyes, príncipes y soldados, una bella adolescente condenada a dormir eternamente y, por supuesto, el beso del amor verdadero, sin el cual la vida no tendría sentido, y menos la película. Mezclando elementos nuevos con los viejos, se logra una agradable realización, que es ayudada por buenos efectos especiales y una banda sonora siempre acorde a las situaciones cambiantes.
Volviendo a las razones mencionadas al inicio, sea cual sea la que está por detrás de esta nueva producción de Disney, al menos se ha conseguido un producto que no es desagradable como algunas de las nuevas versiones. La recomendamos, como un ejercicio de ver un viejo clásico vertido en un odre nuevo.
Clasificación: ***