EL proyecto cartista para reglamentar la senaduría vitalicia causó reacciones tanto en el oficialismo como también en la disidencia colorada.
Desde el presidente de la República, Santiago Peña, hasta los legisladores colorados opinaron sobre el proyecto del senador Basilio Bachi Núñez, acerca de la posibilidad de que los ex presidentes renuncien a la senaduría vitalicia, de tal forma a tener una vida política activa.
En la actual coyuntura, el plan se relaciona supuestamente con la intención de hacer ubicar a Horacio Cartes como senador activo.
De acuerdo a la opinión del mandatario, dicha cuestión es competencia exclusiva del Poder Legislativo y no del Poder Ejecutivo.
Las declaraciones del presidente se dieron en el contexto de una intensa agenda oficial en el Departamento del Guairá, marcada por la habilitación del Santuario Diocesano de la Virgen del Paso de Itapé, una obra emblemática que conjuga fe, cultura e identidad, y que congregó a autoridades nacionales, departamentales y a miles de fieles.
Por su parte, el senador de la disidencia, Mario Varela, manifestó que la polémica propuesta de su colega traería aparejado un peligro para la estabilidad política.
“Yo creo que desde el inicio el planteamiento de la modificación del espíritu constitucional es inviable. No se puede modificar la Constitución a través de las leyes. Solamente se puede hacer a través de una enmienda o una reforma constitucional, por lo que yo creo inviable este planteamiento”, resaltó.
Añadió, a título personal, que lo que se busca es otorgar a los ex presidentes no solo voz sino también voto, con incidencia política y protección del cuórum.
Por el contrario, para el diputado Raúl Latorre, la propuesta sobre la senaduría vitalicia traería claridad política. Alegó que aún no tuvo acceso al texto del proyecto ni conversó con su impulsor; sin embargo, advirtió que traería la claridad política necesaria en torno al rol de los senadores vitalicios, exclusividad de los ex presidentes.