24 may. 2025

Se graduó de abogada trabajando de ayudante de albañil

Obra. Trabajando con su padre en construcción de vivienda.

Obra. Trabajando con su padre en construcción de vivienda.

Cuando existe interés, vocación, persistencia y ganas de superarse, no hay barreras que puedan impedir llegar a la meta. Esta es la historia de Magalí Giménez Bogarín, una joven de 24 años, que trabajó de ayudante albañil para costear sus estudios de Derecho. Culminó su carrera este año, ya juró y cuenta con matricula.

Ahora espera una oportunidad para trabajar en la profesión e insta a los jóvenes que están en la misma situación a animarse, su madre señaló estar orgullosa de su hija que a pesar de ser una familia humilde ha podido con sacrificio concretar su sueño.

La joven explicó que tuvo que trabajar de albañil porque su familia ya no podía costear sus estudios y que habló con el papá, constructor, y empezó a trabajar con él. “Fue muy difícil para mi y mi familia porque la universidad queda un poco lejos de mi casa. Después de trabajar venía en casa a prepararme; luego mi papá me llevaba a la facultad y volvía a buscarme. El sacrificio no solo fue mío, sino de toda la familia, es por eso que agradezco tanto a ellos que me acompañaron en todo momento y este logro es gracias a mi familia. No por ser pobre no se puede contar con un espacio para poder trabajar porqué muchas veces en este país solo los hijos de políticos o de la gente pudiente encuentran espacios para trabajar”, indicó.

Animó a otros jóvenes a no renunciar a sus sueños de poder estudiar, “la vida es mucho más difícil para los pobres que quieren superarse pero es tan gratificante culminar una carrera con sacrificio y demostrando que no existen barreras que pueda impedir cumplir ese sueño”, expresó.

La mamá, Gladis Bogarín, señaló estar orgullosa de su hija siempre le dimos todo el apoyo y este es el resultado, las ganas de estudiar, la disciplina que demostró fue un aliciente muy especial para llegar al objetivo. CA