09 ago. 2025

SE APROVECHAN DE MI NOBLEZA

Opinión

Hace unos días me preguntaron la diferencia entre una publicidad y una propaganda. Para sintetizar la respuesta podríamos decir que la diferencia principal es que la publicidad tiene como objetivo la venta de un producto o servicio, mientras que la propaganda vende una ideología, ya sea política o religiosa. Es más, podemos llegar a hacer propaganda sobre un deporte de manera a motivar al público a idolatrarlo. (¡Vamos albirró!)

Horas más tarde me encontraba caminando por el centro cuando de repente mis ojos se tropezaron con la mítica figura del Chapulín Colorado, la cual se encontraba pegada contra una pared como protagonista de un afiche rojo.

Mirando desde lejos y sucumbiendo a la miopía que me juega malas pasadas cada tanto (en este caso fue una buena), dije “vamos todavía, viene el Chapulín. ¡Roberto Gómez Bolaños se habrá puesto las pilas, le metió un Dark Dog y está listo para el teatro!”. Al cruzar la calle e ir acercándome al afiche mis sueños de tener el autógrafo de Chespirito en mi alcancía aregüeña se fueron desvaneciendo.

El afiche en cuestión era una propaganda política del Partido Colorado que informaba sobre el acto aniversario de dicho partido. Además de haber alterado el logotipo (corazón con una CH) que el Chapulín lleva en el pecho sustituyéndolo con la conocida estrella de la ANR, el afiche cerraba con la frase “Siempre podrá defendernos”.

Mas allá del uso indebido de una marca registrada, estoy prácticamente seguro de que Chespirito no está al tanto de ser la nueva imagen de la ANR, tal vez estoy equivocado y el Partido Colorado pagó las regalías de derecho de autor y está utilizando la imagen que agrada a chicos y grandes como vocero principal del partido. Más allá de esto, en realidad lo que a mí me llamó más la atención fue la elección de este antihéroe como “representante de los valores del Partido Colorado” como expresó Lilian Samaniego en una entrevista que más tarde tendría la oportunidad de leer.

Ella expuso que la idea de utilizar a este paladín de la justicia en dicha campaña fue para representar la posición del Partido Colorado en cuanto a la constante búsqueda de la defensa de la democracia.

Una historia como esta no necesita un punto final. En los hechos está el quid de la cuestión. ¿Por qué el Chapulín? ¿Simplemente porque su nombre termina con colorado? O sea, ¿si el Colorado Gamarra tenía frases más célebres podría estar hoy defendiendo el arco de la ANR? ¿Cómo habrán vendido esta idea los encargados de la campaña? Tal vez cerraron su presentación con “todos mis movimientos están fríamente calculados” o por ahí simplemente con decir “síganme los buenos” ya bastó para cerrar la idea.

En fin, siendo una persona apolítica pero sí asociada al mundo de la comunicación considero que este tipo de propagandas simplemente enturbia la claridad con la cual los mensajes políticos deben ser encarados.

Si lo que está en venta es un producto convoquemos a Chespirito para desarrollar la campaña publicitaria. Ahora, si lo que está “en venta” es una ideología política: convoquemos al uso de la razón.

No encuentro mejor forma que cerrar esta reflexión que citando al mismo Chapulín Colorado: “Un error se comete al equivocarse”.

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| Por Esteban Aguirre Barrail - Director Ojo de Pez SA