14 ene. 2025

Sanando desde el corazón herido

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Mejor egresada. Teresita Maidana optó por seguir la carrera de Psicología para ayudar a los demás.

Cada 19 de octubre se conmemora el Día Mundial de Lucha contra el Cáncer de Mama, un momento para reflexionar sobre la prevención y los cuidados esenciales contra esta enfermedad que afecta tanto a mujeres como a hombres. Teresita Maidana, una psicóloga social con posgrado y especialidad en Psicología Clínica y Terapia Cognitivo-conductual, vivió de cerca el impacto devastador del cáncer de mama cuando tocó su hogar.

En 2017, su única hija, Sofía Geraldine Suárez Maidana, falleció tras una larga y valiente lucha contra el cáncer. Sofía tenía apenas 16 años cuando le diagnosticaron la enfermedad, y durante 11 meses, junto a su madre, se enfrentó con coraje a este desafío.

Después de la muerte de su hija, Teresita se vio en una encrucijada: dejarse vencer por el dolor o levantarse e inspirar a otros. Decidió seguir adelante y estudiar Psicología para encontrar las herramientas que la ayudaran a comprender lo que estaba viviendo y, a su vez, apoyar a otras personas en situaciones similares.

Teresita obtuvo una beca en la universidad y comenzó sus estudios con dedicación y esfuerzo. Al cabo de unos años, se graduó como psicóloga, destacándose como la mejor egresada de su promoción. Posteriormente, continuó su formación, especializándose en Psicología Clínica, y nuevamente fue reconocida como la mejor en su área. Este logro representaba un gran orgullo para Teresita, pero en ese momento, una mezcla de sentimientos la invadió: pensó que ese título que sostenía en sus manos debería haber sido el de su hija, quien ya no estaba para vivir ese sueño.

CONMEMORACIÓN

Para conmemorar a su hija, Teresita, durante el mes de octubre, ofrece consultas psicológicas gratuitas a pacientes oncológicos. “Lo estoy haciendo en su nombre, en el de las mujeres que también fallecieron por cáncer, y, más allá de eso, por todas aquellas que deberían cuidarse para no llegar a estos casos extremos”, reflexionó.

La psicóloga, más que nadie, comprende lo que implica estar en esa situación: la persona se siente invadida en sus sentimientos, pensamientos y es natural que experimente inseguridad. Por eso, se propuso ayudarlas a llevar una vida lo más normal posible mientras atraviesan la enfermedad, brindándoles apoyo emocional durante su proceso.

Menciona que muchas personas se inscribieron para las sesiones, no solo quienes padecen cáncer, sino también sus familiares, que no saben cómo afrontar la situación. “En un momento así, las familias que están apoyando a una persona en esta situación también necesitan expresar cómo se sienten. Por ejemplo, si es un hijo el que está pasando por esto, puede decirle: ‘Te apoyo, pero yo también a veces me siento triste’ o ‘Me siento cansado’. Generalmente, evitamos hablar de nuestros sentimientos. Crecimos con la idea o el miedo de no profundizar en lo que nos pasa porque tememos hacerle daño al otro. Pero llega un momento en el que sí debemos hablar de lo que nos ocurre. Lo importante es hacerlo con el paciente, aunque sin profundizar demasiado, ya que es una persona muy vulnerable”, enfatizó.

Es ahí donde el rol del psicólogo cobra importancia, ofreciendo herramientas necesarias para afrontar el momento. “No siempre se trata de ser fuerte, porque es saludable liberar lo que uno siente. Es en ese proceso que comienzan a sanar las heridas”, explicó Teresita.

Las sesiones son breves, pero tienen un gran impacto en la sanación, ya que enseñan que no es necesario mantener una fachada de fortaleza todo el tiempo, como muchos suelen creer. “Es importante liberar lo que llevamos dentro”, subrayó Teresita.

Como mensaje final, animó a las personas a extender su solidaridad hacia quienes están pasando por momentos difíciles. “Gracias por inspirarnos a ser valientes. Si hay esperanza, hay fe, y esa es la fuerza que nos impulsa a seguir adelante”, puntualizó.

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