Durante la conferencia desarrollada en la sede del Ministerio de Salud se lanzó la iniciativa denominada 90-90-90, del Programa Conjunto de Naciones Unidas para el Sida (Onusida) que plantea tres ejes fundamentales para luchar contra esta enfermedad:
Lograr para el 2020 que el 90% de quienes viven con el virus lo sepa (hoy solo lo sabe la mitad), que el 90% de ellos esté bajo tratamiento (hoy es menos del 40%) y que el 90% de quienes están en tratamiento tenga la carga viral indetectable.
Esta estrategia permitirá evitar 21 millones de muertes y prevenir 28 millones de nuevas infecciones para el 2030. Si esto se logra, el HIV/Sida dejará de ser un problema de salud pública, señalaron desde el ministerio.
Al respecto, la doctora Águeda Cabello, directora general de Vigilancia de la Salud, puso en relieve que, acabar con la epidemia del sida para el año 2030, es posible.
“Pero solo si logramos que todas las personas, en todos los lugares del mundo, tengan acceso a los servicios que precisan: prevención, tratamiento, atención y apoyo”, puntualizó, al tiempo de señalar que como nunca antes, en la corta historia de la epidemia, existen condiciones de controlarla en los próximos diez o quince años.
Agregó que el VIH/Sida no es cosa del pasado, como a veces se supone erróneamente. “Conocemos de qué manera se transmite el VIH y cómo prevenirlo. Conocemos los beneficios de iniciar el tratamiento antiviral apenas conocida la infección. Sabemos que el tratamiento no solo es beneficioso para quien lo toma sino también para la comunidad; una persona con VIH en tratamiento tiene un 96% menos de posibilidades de infectar a su pareja sexual que si no lo tomara”, explicó.
Las estadísticas a nivel mundial sobre esta enfermedad señalan que cada día, más de 5.500 personas contraerán el VIH en el mundo y morirán 4.000 personas a causa del sida.
La doctora Cabello también se refirió a las condiciones de discriminación que muchas veces sufren las personas que padecen esta enfermedad, como consecuencia principal de la falta de educación al respecto.
“La lucha ha sido y sigue siendo contra una enfermedad que, si bien puede controlarse, aún no tiene cura. Contra las problemáticas asociadas que hacen del VIH una lente de aumento de las desigualdades existentes, contra la falta de respuestas, contra la falta de educación, contra los prejuicios. Por eso, 30 años después, seguimos trabajando para que el testeo de VIH sea más fácilmente accesible, para que la prevención, para que los tratamientos sean más sencillos y menos tóxicos, para que los derechos con las personas con VIH estén garantizados, para que la epidemia del VIH llegue a su fin”, señaló Águeda Cabello.