Rusia confirmó así formalmente la muerte del líder paramilitar, cuyo avión se estrelló el miércoles último, en medio de crecientes interrogantes sobre la causa del accidente.
El avión privado que transportaba Prigozhin y sus colaboradores cercanos se estrelló el miércoles en la región del Tver, en el noroeste de Moscú.
Además de Prigozhin, en la lista figuraba su brazo derecho, Dmitri Utkin, jefe de operaciones del grupo paramilitar, cuya existencia apenas fue reconocida por el Kremlin a finales de 2022.
El accidente se produjo exactamente dos meses después de que Wagner protagonizara un motín contra la cúpula militar de Moscú, lo que desató una ola de especulaciones sobre el origen del siniestro.
Gobiernos occidentales y opositores al presidente ruso, Vladímir Putin, insinuaron que el Kremlin podía estar detrás del suceso.
El Kremlin, sin embargo, negó tajantemente esas acusaciones y el presidente ruso prometió el jueves una investigación “a fondo” sobre el caso.
De momento, los investigadores rusos no han mencionado ninguna hipótesis sobre las causas del accidente.
El presidente de Bielorrusia, país aliado de Moscú, Alexander Lukashenko, dio su apoyo al Kremlin y afirmó que no “podía imaginar” al presidente ruso dando la orden de asesinar al líder de Wagner.
Desde el accidente aéreo, se alzaron altares improvisados en homenaje a Prigozhin en varias ciudades del país, desde Novosibirsk (Siberia occidental) hasta San Petersburgo (noroeste).
Los pequeños memoriales ilustran la popularidad de Prigozhin. “Los enemigos lo mataron (...), pero esperamos que haya una venganza contra los que cometieron este crimen”, declaró el domingo a un partidario de Prigozhin, frente a un memorial lleno de flores en Moscú. AFP