Mientras las autoridades indias preparan su deportación, la madre defiende su vida ascética, pero el padre, Dror Goldstein, la acusa de haberle ocultado a las menores, transformando el caso de inmigración en una batalla familiar.
En sus primeras declaraciones a medios locales, Kutina, de 40 años, ha defendido su elección de vida, describiendo la cueva en la colina de Ramateertha como un santuario. Para la policía, sin embargo, se trataba de una “zona peligrosa”.
“Nos despertábamos con el sol, nadábamos en los ríos, pintábamos, cantábamos y leíamos libros”, describió Kutina su vida con sus hijas Preya, de 6 años, y Ama, de 4, a la agencia india PTI.
Desde su regreso a la India en 2018, tras un viaje a Nepal, la familia vivió principalmente en el estado de Goa, un conocido enclave para extranjeros.
Según el relato de Goldstein, permanecieron en Goa hasta hace pocos meses, cuando Kutina se trasladó sin previo aviso a la localidad de Gokarna, en el vecino estado de Karnataka, donde se instaló en la cueva dos semanas antes de ser hallada el pasado 11 de julio.
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“Nuestra vida pacífica en la cueva ha terminado; nuestro hogar en la cueva ha sido destruido”, afirmó la madre tras la intervención policial.
Goldstein, por su parte, aseguró a la prensa que había denunciado la desaparición de las niñas. “Solo quiero poder ver a mis hijas un par de veces por semana (...) Mi preocupación es que si van a Rusia ahora, será más difícil mantener el contacto. Por eso, desearía que pudieran quedarse en la India”, declaró Goldstein a los medios.
Kutina, maestra de arte y literatura, niega haber vivido en la indigencia. “Siempre tenemos suficiente dinero para lo que necesitamos”, asegura, y vincula su decisión de permanecer en la India a “tragedias personales”, incluyendo la muerte de uno de sus hijos mayores hace nueve meses.
Ahora, la ciudadana rusa critica las condiciones de su “rescate”. “Estamos en un lugar incómodo. Está sucio, no hay privacidad y a mis hijas solo les dan arroz blanco para comer”, lamentó.
Las autoridades indias continúan con el proceso de deportación, basado en que el visado de Kutina expiró en 2017. La embajada rusa ya le presta asistencia, según confirmó Kutina.
Fuente: EFE