“Acuerdos significativos han sido preparados y las expectativas son de que todos (los participantes en las negociaciones) los firmarán”, dijo Mugabe, cuyas palabras fueron recibidas con gritos de “asesino” y “no nos olvidaremos de nuestros muertos” por los legisladores del MDC.
El presidente de Zimbabue, Robert Mugabe (izq.), pasa revista a la guardia de honor antes de la apertura del Parlamento en Harare. EFE | Ampliar imagen
Mugabe, al que el MDC no le reconoce legitimidad en su reelección de junio pasado, interrumpió en varias ocasiones su discurso y miró con una expresión entre incrédula y fastidiada a los diputados de la oposición, que lo desairaron desde el mismo momento en que entró en la sala al no ponerse de pie para recibirlo como jefe del Estado, tal como indica el protocolo parlamentario.
“Las elecciones han quedado detrás y afrontamos ahora un desafío que necesita de una visión y propósito común (para ser vencido). Ahora es el momento de que pongamos primero a Zimbabue”, añadió Mugabe, ante el creciente griterío de los diputados del MDC.
Los legisladores de la oposición, que previamente habían amenazado con boicotear la sesión de apertura del Parlamento, denunciaron asimismo a la gubernamental Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico (ZANU-PF) que dirige Mugabe de estar “podrida”.
El MDC, que obtuvo la mayoría en la Asamblea Nacional en las legislativas del 29 de marzo pasado y en la víspera consiguió por primera vez desde la independencia del país en 1980, la Presidencia de la Cámara baja, afirma que la decisión de convocar la legislatura no cuenta con el consenso de todas las partes involucradas en las negociaciones.
La actuación por consenso forma parte del Memorándum de Entendimiento firmado por las partes el 21 de julio y que abrió el camino a las negociaciones para formar un gobierno conjunto que permita sacar a Zimbabue de la crisis en que se encuentra, tal como solicitó la Unión Africana (UA) en su reciente Cumbre en Egipto.
El líder del MDC, Morgan Tsvangirai, derrotó a Mugabe en las elecciones presidenciales, celebradas el mismo día que las legislativas, pero al no obtener una mayoría de más del 50 por ciento de los votos tuvo que aceptar la celebración de una segunda vuelta.
La segunda ronda tuvo lugar el 27 de junio, pero Tsvangirai se retiró una semana antes debido a los asesinatos de sus seguidores por parte de las milicias leales a Mugabe, quien obtuvo en esa ocasión más del 80 por ciento de los votos.
La comunidad internacional no reconoció este resultado y la UA presionó a Mugabe para que estableciera conversaciones con el MDC con vistas a un Gobierno de unidad, que saque al país de la profunda crisis política y económica en que se encuentra desde principios de siglo.
Las últimas conversaciones entre la ZANU-PF y las dos facciones del MDC, la mayoritaria dirigida por Tsvangirai y el sector escindido que lidera Arthur Mutambara, tuvieron lugar durante la reunión cumbre celebrada los pasados días 15 y 16 de agosto en Johannesburgo (Sudáfrica) por la Comunidad para el Desarrollo de África Meridional (SADC).
Tsvangirai ha propuesto que él sea designado Primer Ministro con poderes ejecutivos y ha ofrecido a Mugabe conservar la Presidencia -que se convertirá en un cargo ceremonial- y también el control de las Fuerzas Armadas Zimbabuenses.
Mugabe ha rechazado la propuesta y se niega a abandonar por completo el poder, que ocupa ininterrumpidamente desde hace 28 años, y propone, a su vez, que el Presidente y el Primer Ministro compartan cargos ejecutivos, tomando como ejemplo el tipo de gobierno adoptado por Francia.
La captura de la Presidencia de la Asamblea Nacional por parte de la facción mayoritaria del MDC ha sido un duro revés político para Mugabe, que, aparentemente, había entrado en negociaciones bilaterales con el líder opositor disidente, Mutambara, para capturar nuevamente la mayoría en el Parlamento y nombrar unilateralmente un nuevo Ejecutivo.
No obstante, el diputado Lovemore Moyo, leal a la facción de Tsvangirai, obtuvo 110 de los 209 votos emitidos para hacerse con la presidencia de la Asamblea, lo que no descarta la posibilidad de que diputados de la facción disidente del MDC e incluso algunos de la ZANU-PF hayan votado contra las directivas de sus partidos.
El MDC denunció hoy que tres de sus miembros fueron arrestados a la salida de la sesión de apertura del Parlamento.
La Policía detuvo ayer a otros dos legisladores del MDC antes de la ceremonia de jura de sus cargos -aunque uno de ellos fue liberado poco después y prestó el juramento- en un evidente intento gubernamental de reducir la mayoría de la oposición antes de la elección del Presidente de la Cámara.