Gayet señaló que la coyuntura afectó no solo a los locales gastronómicos tradicionales, sino también a toda la cadena vinculada al sector. “Los proveedores de comida para universidades, colegios y empresas se quedaron sin pedidos debido al feriado, lo que genera un efecto dominó en la economía gastronómica”, añadió.
De acuerdo con el empresario, mientras ciertos restaurantes ubicados en zonas de gran afluencia lograron sostener un nivel aceptable de comensales, otros, especialmente los de menor visibilidad, experimentaron una baja considerable.
Por el contrario, los locales instalados en shoppings reportaron un mejor desempeño, gracias al movimiento generado por actividades familiares en espacios climatizados. En conclusión, mientras los bares capitalizaron la pasión por la Albirroja con récord de concurrencia, los restaurantes enfrentaron un escenario dividido, condicionado por los altos costos laborales de un feriado imprevisto, en que no pudieron capitalizar el consumo que sí se dio en otros sectores.