16 jun. 2025

Religión y poder

Por Pa’i Oliva
oliva@rieder.net.py
Son dos temas que en la práctica no se pueden separar, pero cuya relación tiene que purificarse.
Es evidente que la religión al sentirse como representante de la Divinidad ya simboliza un Poder supremo. Y esto se materializa en la práctica en un ejercicio de poder copiado, desgraciadamente, de las monarquías: “de arriba para abajo”. Con cargos que ejercitan una autoridad, en ocasiones sin apelación, hasta llegar al jefe supremo de esa religión. Por supuesto que esperamos que cuando las democracias influyan de verdad en el Pueblo, también el ejercicio de la autoridad religiosa sea más democrático.
Hay una nota interesante en el ejercicio del poder religioso. Se ejerce sobre personas que “libremente” eligieron pertenecer a dicha religión. En este sentido, suponiendo que les viene de Dios, hay que tener en cuenta la libre voluntad de quienes lo aceptaron y que sus seguidores pueden influir en el modo de ejercitarlo.
Y otra nota que me preocupa. Según sea el modo de vivir, el poder de cada religión será la imagen de Dios que manifieste. Una autoridad religiosa autoritaria manifiesta un Dios con estas características. Lo cual sería nefasto porque nos comunicaría una fe de sometimiento.
Añado dos notas. Demasiadas veces el poder civil ha caído en la tentación de servirse de la religión para fortalecerse. También la autoridad religiosa se ha acercado al poder civil en busca de privilegios. Y, en ambos casos, quien más ha salido perdiendo ha sido la religión.