La caja negra encontrada este viernes, que registra información técnica como el recorrido, la velocidad, la altitud y la situación del motor del avión antes de estrellarse, podría esclarecer las causas por las que el aeroplano, un Boeing 737-800 que volaba entre las ciudades de Kunming (suroeste) y Cantón (sureste), se precipitó a tierra en la región de Guangxi a las 14.38 hora local (06.38 GMT) del lunes, sin que de momento se hayan encontrado supervivientes.
El pasado miércoles, se localizó la caja negra que registra las voces en la cabina de mando, que fue enviada a Pekín para su inspección por especialistas.
Tras el hallazgo de la primera caja negra, el jefe de seguridad de la Administración de Aviación Civil de China (CACC), Zhu Tao, declaró: “Una inspección inicial muestra que el exterior del receptor está gravemente dañado. La unidad de memoria también sufrió algunos daños, pero permaneció intacta”.
Zhu advirtió que la descarga y el análisis de los datos registrados en la primera caja negra encontrada “tomará tiempo”.
El aeroplano, que según algunos testigos se precipitó “en picado” contra el terreno, descendió casi 8.000 metros en menos de tres minutos, según el portal de seguimiento de vuelos FlightRadar24, por razones todavía desconocidas.
El avión, en servicio desde junio de 2015, había pasado todas las revisiones que establece la normativa y que su estado técnico era “estable y normal” durante el despegue, según declaraciones de un representante de China Eastern citadas estos días por la prensa local.
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Por el momento, los servicios de rescate de la citada región han cubierto un área de unos 46.000 metros cuadrados durante sus trabajos de búsqueda y rescate, en la que han hallado algunos restos humanos y algunas piezas del avión entre las que se encuentra uno de los motores, informó este jueves la cadena estatal CGTN.
El escarpado terreno en el que cayó el avión y las lluvias registradas durante estos días han entorpecido las labores de búsqueda.
La Administración de Aviación Civil de China (CACC) anunció poco después del siniestro una investigación de la industria aérea china que se prolongará durante dos semanas “para garantizar la seguridad absoluta” en las operaciones del sector.
El siniestro del lunes puso fin a una racha de casi 12 años sin accidentes graves de aviación en el país asiático.