Los sujetos irrumpieron en la iglesia disparando y bajo la amenaza de armas de fuego conminaron a la gente a salir, para enseguida rociar combustible y prender fuego al inmueble, situado en el municipio de Padre Las Casas, a unos 680 kilómetros de Santiago.
Antes de escapar a pie, los atacantes dejaron pancartas alusivas a reivindicaciones mapuches, demandando la libertad de los “presos políticos” indígenas.
“Cristianismo: Cómplise del represion al pueblo mapuche (sic)”, señalaba uno de los carteles, firmados por la organización Weichan Auka Mapu, que en los últimos meses se ha adjudicado varios atentados en la región, donde además han sido incendiadas una docena de iglesias católicas y otros templos evangélicos.
La policía llegó rápidamente al lugar, alertada por los propios fieles del templo, y detuvo en los alrededores a cuatro sospechosos de haber participado en el ataque,
“Pensamos que nos íbamos a quemar vivos”, dijo uno de los afectados a radio Bío Bío.
El inmueble, de madera, resultó completamente destruido por las llamas.
Fuentes policiales dijeron a los periodistas que los detenidos portaban municiones, gorros pasamontañas y guantes con olor a combustible y que este mismo viernes serán puestos a disposición del Juzgado de Garantía de la ciudad de Temuco, capital de La Araucanía.
Durante la madrugada de este viernes hubo un segundo ataque incendiario en el sector de Maquehue, a 14 kilómetros de Padre Las Casas, donde desconocidos quemaron un galpón que estaba vacío y que resultó completamente destruido.
Al igual que en el caso anterior, los autores dejaron pancartas alusivas al conflicto mapuche y con amenazas al intendente (gobernador) de la Araucanía, Andrés Jouannet.
En el sur se Chile existe desde hace años unos 20 años un conflicto derivado de reclamaciones de algunas comunidades mapuches por la propiedad de tierras que consideran ancestrales y las empresas agrícolas o forestales que las poseen legalmente.
El conflicto ha derivado en la muerte violenta de varios comuneros, policías y agricultores, ataques incendiarios a propiedades, bosques y vehículos, así como varias decenas de indígenas procesados y condenados por esos hechos.
