Aferrado a su cargo, el presidente de la Asociación Nacional Republicana (ANR), Horacio Cartes, resiste a los embates que provienen de muchos frentes, no solo de Fuerza Republicana sino también del Gobierno de los Estados Unidos, que casi lo acogota luego de imponerle el bloqueo financiero. Tanto poder acumulado tiene un costo y severas consecuencias a ser asumidas.
La cuadrilla del presidente Mario Abdo, sus más cercanos, son los encargados de hacerle notar al líder de Honor Colorado que no aceptarán fácilmente su autoridad y eso complica la unidad para la campaña de su presidenciable Santiago Peña, a quien el mismo Marito lo calificó de “mal candidato”.
Uno que otro miembro de Fuerza Republicana ya pidió la renuncia de Cartes, bajo el argumento de que su situación con el país norteamericano representa un riesgo para la financiación de la campaña de la Lista 1 porque ningún banco aceptará otorgar el crédito de G. 40.000 millones.
Pero Cartes no piensa renunciar. De hecho, esa es la última opción para el empresario que se resguarda en su silla colorada para evitar quedar totalmente expuesto a cualquier amenaza, incluso la extradición. Además, en filas coloradas no hay mayor resistencia a que siga ocupando la presidencia, a más del primer anillo de Abdo.
El millonario empresario prefirió apartarse de sus empresas, para no afectarlas por las sanciones de EEUU, antes que de la ANR, en donde se buscan afanosamente todas las opciones para que su situación no sea un impedimento para adquirir el aclamado préstamo.
“Debo confesar que yo creí que era lo máximo la presidencia de la República, les tengo que confesar que llegar democráticamente a ser presidente de la ANR, Partido Colorado, es tan emocionante como ser presidente de la República del Paraguay”, admitió Cartes en un acto del 8 de febrero.
Cartes se atornilla a su última protección política y por el momento se descarta que renuncie. Pero, en caso de que así lo decida, ¿qué se hace para cubrir el cargo?
Según el estatuto, el presidente debe presentar su renuncia ante la Junta de Gobierno, que en sesión deberá aceptarla. Inmediatamente, asume la autoridad el vicepresidente primero, en este caso, el senador Juan Carlos Galaverna, y se sigue el orden de sucesión. Quedaría la vacancia de la vicepresidencia tercera, que puede cubrirse o no, ya que no es imperativo.
El único antecedente es el de Nicanor Duarte Frutos, quien en 2006 asumió la presidencia de la Junta de Gobierno por unas horas y luego solicitó permiso. Su lugar lo ocupó José Alberto Alderete, quien completó el periodo.
Pero, mientras tanto, la primera respuesta del cartismo al reclamo oficialista se dará esta semana. Mañana se reúne la Comisión Directiva, que deberá convocar a una sesión de la Junta de Gobierno. Para algunos legisladores de ambos sectores, el acuerdo entre Cartes y Abdo es cuestión de tiempo, en tanto se negocian intereses.