Precio del poder de Santiago Peña son las concesiones de privilegios
Para seguir logrando la aprobación de sus proyectos, el presidente de la República sigue su línea obsecuente al Poder Legislativo, que se autoaumentó G. 64.572 millones del PGN para el 2025.
Senado. La Cámara de Senadores trató recientemente el Presupuesto General 2025.
DANIEL DUARTE
Desde la asunción al poder de Santiago Peña como presidente de la República y el regreso al poder del movimiento Honor Colorado, con Horacio Cartes como titular de la Asociación Nacional Republicana (ANR), las relaciones entre el Ejecutivo y el Legislativo se dieron dentro de un juego de reciprocidad del “toma y daca” (represalia equivalente). Este ajedrez de relaciones que se da entre poderes y bajo el manto del cartismo, que tiene como sede central al quincho del ex mandatario, ha dado frutos a ambos lados, pero generando una ola de indignación ciudadana, que por ahora, no ha logrado tener impacto en las políticas públicas del actual gobierno.
Peña y sus ministros reconocen la dependencia que tienen del Legislativo, a quienes presentaron varios proyectos de ley emblemáticos que tuvieron resistencia ciudadana, pero aún así fueron tratados y aprobados casi a libro cerrado y bloqueando el debate y las críticas.
DEPENDENCIA. Esta situación de dependencia y reciprocidad entre Peña y los legisladores cartistas, con sus respectivos aliados captados de la oposición, generó un pacto de no agresión, amistad y respeto mutuo, y hasta partidos de fútbol en la residencia presidencial Mburuvicha Róga.
Esta regla se volvió inviolable luego de varios tropiezos iniciales de este gobierno, que aprendió a no cuestionar y respaldar los privilegios que van pidiendo los legisladores con mayores ingresos, seguros vip, jubilación vip, contratos a operadores y parientes, etc.
Peña aprendió a callar o a hablar solamente en favor de los parlamentarios, o a lo sumo lanzar críticas muy sutiles y tímidas, pero jamás vetar o cuestionar las intenciones de los legisladores de aumentar sus privilegios, como se vio recientemente con el caso de los autoaumentos aprobados en el Congreso.
Este viernes, Peña terminó agradeciendo la aprobación del Senado al Presupuesto General de la Nación para el año próximo (PGN 2025), y reconociendo la dependencia que tiene de los legisladores.
“Nadie puede solo, yo no puedo solo, un presidente de la República tiene mucho poder, pero tiene mucha responsabilidad, tiene que responder ante los siete millones de paraguayos. Un millón que están afuera, quiero que vuelvan, sueño con eso, pero no puedo solo, necesito de los senadores y diputados y voy a repetir mi agradecimiento”, fue lo que manifestó.
EXTORSIÓN. El único momento de tensión que se vivió en esta relación fue a fines del año pasado, cuando los parlamentarios ya pretendían el aumento salarial que recién ahora están logrando, con la venia de Peña.
A fines del 2023, Peña había presentado el presupuesto para este año y establecido ya un aumento de G. 5 millones para diputados y senadores, lo cual despertó críticas desde diversos sectores, y hasta el propio Horacio Cartes salió a rechazar dicho aumento, en ese entonces.
Peña dijo entonces que fue extorsionado por los legisladores y al final no se aprobó el aumento, pero este año sí.
32.774.840 guaraníes es el salario actual que perciben, entre dieta y gastos de representación, los parlamentarios.
38.874.840 sería el salario parlamentario desde enero del 2025, si se aprueba el aumento de G. 6.200.000 señalado.
312.891 millones de guaraníes es el presupuesto para Diputados, G. 24.253 millones más de lo propuesto por el Ejecutivo.
230.395 millones de guaraníes es el presupuesto para Senadores, G. 32.706 millones más de lo propuesto por el Ejecutivo.
174.760 millones de guaraníes es el presupuesto para el Congreso, G. 7.342 millones más de lo propuesto por el Ejecutivo.
64.572 millones de guaraníes es lo que se aumentó para todo el Parlamento en relación con lo que propuso el Ejecutivo.
Proyectos de ley polémicos aprobados y pendientes El análisis del propio ministro del Interior, Enrique Riera, sobre los autoaumentos del Congreso y la poca crítica del Ejecutivo a esto, señala que el presidente Santiago Peña no quiere confrontar al Legislativo, mucho menos con sus correligionarios cartistas, para seguir teniendo el beneficio del tratamiento expeditivo de todos los proyectos de ley que presentan desde el Gobierno. La aplanadora cartista con sus aliados ha venido logrando que se aprueben sin mucho trámite varios proyectos de ley que fueron resistidos por gremios y sectores ciudadanos, como lo fue en su momento la Ley de Superintendencia de Jubilaciones, que movilizó a mucha gente en las calles contra el proyecto que hoy ya es ley vigente. Otro proyecto emblemático del Poder Ejecutivo, que tuvo mucha resistencia de sectores sociales y logró su aprobación gracias a la aplanadora de cartistas y aliados, fue la actual Ley de Hambre Cero, la cual eliminó la anterior Fonacide, y centralizó en el Ejecutivo los recursos de Itaipú logrados por el gobierno de Fernando Lugo en el 2012. Estos y otros proyectos fueron logrados por Peña gracias a las mayorías que lo respaldan en ambas Cámaras del Congreso que son controladas por el cartismo. PENDIENTES. El Ejecutivo aún tiene otros proyectos de ley importantes que presentó y que espera sean aprobados lo antes posible, ya que ingresaron incluso con carácter de urgencia, como el caso del proyecto de ley de tren de cercanías, que fue aprobado recientemente en el Senado. Otro proyecto importante que el mandatario espera que finalmente el Congreso sancione es el proyecto del Registro Unificado Nacional (RUN), que es criticado por gremios de escribanos y otros sectores. El proyecto de ley de la Función Pública y la carrera del Servicio Civil es otro que Peña espera con ansiedad que el Congreso finalmente sancione.
Ejecutivo. El presidente de la República, Santiago Peña, evita roces con el Parlamento.
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