La tranquila ciudad de Santa María, Misiones, amaneció sacudida debido a un violento asalto que tuvo como víctima a Feliciano Martínez Ponce, de 67 años, poblador del asentamiento 29 de Octubre.
El hecho se registró en horas de la madrugada del domingo cuando tres personas fuertemente armadas irrumpieron su vivienda y causaron importantes destrozos dentro de su domicilio.
Los delincuentes le exigieron la entrega de todo el dinero que tenía como producto de la venda arroz que realizó la semana anterior.
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Según los intervinientes, los asaltantes manejaban información precisa acerca de que el pequeño productor había recibido más de G. 100 millones por la venta de arroz.
Sin embargo, la víctima había pagado algunas cuentas y había comprado algunos animales, por lo que el monto que tenía consigo era mucho menor.
Esto habría provocado la reacción violenta de los atacantes, quienes incluso lo secuestraron y lo abandonaron ensangrentado al costado de un camino vecinal en la compañía Curupayty, distrito de Santa Rosa, Misiones.
El lugar donde ocurrió el hecho dista a 20 kilómetros de Santa María.
Las autoridades prosiguen con las averiguaciones, mientras que los asaltantes se encuentran con paradero desconocido.
“A eso de las 00.00 llegaron tres hombres a mi casa, patearon mi puerta y me golpearon la cabeza, me pidieron la plata. Yo les dije: ‘ahí está en el bolsillo de mi pantalón’. Luego me agarraron y me llevaron en su vehículo solo con mi ropa interior puesta. Me subió toda la presión y me desatiné, no sabía ni dónde estaba”, relató la víctima.
De acuerdo con Martínez, los presuntos delincuentes lo bajaron en medio de un yuyal, donde lo obligaron a arrodillase.
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“Desenfundó su pistola en mi oído, yo no me moví. Me echaron allí en el yuyal, se fueron y volvieron. Como no me moví de donde me dejaron, no me mataron. Seguro temían que vea la chapa o algo así”, expresó.
Al ver que los delincuentes se alejaron, tomó valor, se levantó y empezó a caminar para pedir ayuda.
“De ahí me levanté antes de que llegue la tormenta de la madrugada y empecé a caminar para pedir ayuda, ensangrentado y solo con mi ropa interior puesta. Me encontré con algunos conocidos y me llevaron a la Subcomisaria de Curupayty”, señaló.
La víctima fue llevada al Centro de Salud de Santa María, posteriormente, realizó su denuncia.
“Esa misma madrugada ya acudieron agentes de Criminalística”, puntualizó.