Parlasurianos paraguayos elevarán propuestas de política penitenciaria al Consejo Mercado Común del Mercosur, como un aporte sobre la situación de las prisiones de la región. Así resolvieron el martes, luego de una reunión en la que tuvieron como invitados a Édgar Riveiro Dias, agregado civil de la Embajada del Brasil en Asunción, y de Alejandro Buzó, director de Planificación del Ministerio de Justicia del país.
Riveiro habló acerca de la conformación del denominado Primer Comando Capital (PCC) y del Comando Vermelho, entre otros. Recordó que en 1993 se inició el PCC en San Pablo y una de las principales razones de la creación de esta suerte de sindicato de encarcelados radicaba en el hacinamiento y que el propio Estado dejó de garantizar la seguridad en las instituciones carcelarias, por lo cual empezaron a controlarlas y realizar comercios de todo tipo, como venta de cigarrillos de contrabando o hasta realización de loterías y venta de alcohol. Hoy, dijo, se estima que el PCC está en 17 países y tendría unos 30.000 miembros activos, de los cuales entre 300 y 350 están vinculados a la organización en el Paraguay.
Explicó que para ir superando la situación de crisis en Brasil, entre otras medidas apuntaron a evitar las superpoblaciones en las cárceles; a no dar poder a las facciones, a controlar la violencia y la corrupción, así como el aislamiento de líderes en cárceles de máxima seguridad.
Crearon la carrera de agentes de penitenciaría y aplicaron protocolos de control de los propios funcionarios penitenciarios.
Alejandro Buzó, por su parte, destacó la creación de una mesa interpoderes para abordar, entre otros aspectos, lo relativo a la situación de presos sin condena. Anunció una política de humanización de las cárceles que encara el Ministerio de Justicia y dio detalles de la superpoblación actual de las cárceles, que ronda las 16.500 personas, de los cuales apenas unos 3.700 tienen condena.