“Insoportable”, “inusual”, “penetrante”. Estos son algunos calificativos utilizados por paraguayos que vivieron de cerca la llamada “tormenta de nieve del siglo”, que deja hasta el momento al menos 50 muertos, cuantiosos daños y miles de vuelos cancelados en Estados Unidos.
Silvio Frutos, un chef radicado desde hace 20 años en el populoso distrito de Queens en Nueva York, describió este fenómeno metereológico como “insoportable”. En una comunicación con Radio Monumental, el compatriota relató que estas jornadas gélidas era inusuales. “El frío era tremendo, todo se te congelaba, al salir y subirte al auto ya se te congelaba la ropa”.
CON PONCHO. Para hacer frente a este clima tan hostil se necesita calefacción –casi siempre disponible en los hogares y centros de compra–, y por supuesto ropa adecuada, especial. Pero además, Frutos también utiliza nuestro popular poncho. “No salgo ni un instante sin él”, comentó. Aún así, se descompensó al estar expuesto a las bajas temperaturas. En Navidad tuvimos muchísimo trabajo, y claro, salí a hacer las compras. Tuve una descompensación a la 01:00 de la mañana, ese trajín me dio mareos, naúseas, y ya era la hipotermia. El cuerpo siente el golpe”, aseguró.
El paraguayo elogió el trabajo de las autoridades. “Ellos toman todas las precauciones; vehículos especiales recorren derritiendo la nieve con sal, salen, buscan a personas que pueden estar en peligro”, comentó.
“IMPOSIBLE ESTAR AFUERA”. La empresaria Caro Benítez Narváez, radicada en Kansas desde hace siente años, no recuerda haber sentido un frío similar al del fin de semana de Navidad. “Prácticamente no salimos de la casa, la temperatura era de -21 grados y la sensación térmica era de -31 grados. Era imposible estar afuera”, manifestó. Le decía a mi papá: “Salís a la calle y el frío te penetra la cara”.
“Nunca tuvimos este tipo de temperatura y nos quedamos en la casa con calefacción”, comentó para ÚH.
En tanto, la jubilada paraguaya Marcelina Báez, quien vive desde hace 34 años en el condado de Rockland, a unos 20 kilómetros de Nueva York, dijo que no podía abrir ni la puerta de la casa. “Nunca sentí tanto frío”, asegura. En esta urbe, aunque no había nevado, “todo estaba congelado”. Felizmente, desde este martes, el frío ha cedido y las temperaturas ya se toleraban más.
En Washington, la paraguaya Sonia Cáceres, quien fue a pasar la Navidad con su hija padeció el cambio de temperatura repentino de pasar de 36 grados a -19. “Me dio hipotermia y tuve alergia en todo el cuerpo, me salieron unas ronchas. Esto suele ocurrirle a los latinos que no están muy acostumbrados a estas temperaturas tan bajas”, aclaró. Pero este martes ya cuando lo peor de la tormenta había pasado, con -4 grados pudo salir a tomar unos mates de tereré y prepararse para salir a esquiar.
Persiste el caos aéreo
El caos aéreo continúa en Estados Unidos a pocos días de otra festividad, la de Año Nuevo: Este martes han sido cancelados más de 3.000 vuelos, según el portal Flight Aware, dejando en tierra a miles de pasajeros que tenían previsto viajar durante las vacaciones. Los más afectados son los usuarios de la aerolínea Southwest, que es la responsable del 63 % de las cancelaciones y cuyas líneas de atención telefónica están saturadas.
El alcance de la tormenta ha sido casi sin precedentes, con temperaturas gélidas extendiéndose desde los Grandes Lagos, cerca de Canadá, hasta el río Grande (también llamado río Bravo) a lo largo de la frontera con México. Más de 200 millones de estadounidenses, alrededor del 60 % de la población, se ha enfrentado a algún tipo de advertencia relacionado con el clima invernal. En la zona de Búfalo, en el noroeste del estado de Nueva York, el presidente de Estados Unidos Joe Biden declaró el estado de emergencia. Veintiocho de las 50 muertes de todo el país se registraron en Búfalo.