El Paraguay, por ejemplo, tiene en Brasil a seis embajadores que poseen esa categoría dentro del escalafón diplomático, pero que no están al frente de una embajada, sino que se desempeñan como jefes de oficinas consulares.
Dos de ellos, ya en edad de jubilarse, lo que permitiría disponer de sus rubros para designar en embajadas a nuevos jefes de misión en destinos como Argentina, Israel y Venezuela, que el gobierno de Santiago Peña quiere cubrir antes de fin de año. Según el canciller Rubén Ramírez Lezcano, su administración intentará optimizar los talentos humanos y reducir el costo operativo del servicio exterior para hacer frente a las limitaciones presupuestarias que apenas le permitirá mover a tres embajadores.
Esto significa designar a nuevos embajadores o dar por terminadas las funciones de algunos de los que se hallan en servicio, ya porque alcanzaron los 75 años para jubilarse o cumplieron los 6 años de servicio en el exterior, tiempo máximo que establece la ley del Servicio Diplomático y Consular. Cualquiera de estos movimientos implica pagar tres salarios a cada embajador para instalarse en su nueva misión o retornar al país. Cancillería analiza todas las opciones para racionalizar su presupuesto, apremiada por la eliminación de varios aranceles consulares que representan una importante fuente de ingreso para Relaciones Exteriores. Financiamiento con el que ya no podrá contar en adelante.
Otra opción con respecto a los embajadores sirviendo de cónsules es que lo trasladen y designen como jefes de misión en algunas de las 17 legaciones que no cuentan con un embajador a la cabeza. Los consulados pueden funcionar con un consejero o primer secretario.
En Brasil, los embajadores que ya están para jubilarse son José Milcíades Martínez, cónsul en Porte Alegre, y Ricardo Caballero Aquino, cónsul general en Campo. Al pasar a retiro, sus rubros estarían disponibles. Los otros embajadores en el vecino país son Celso Santiago Riquelme y María Adoración Amarilla, en Curitiba; Darío A. Franco, en Río de Janeiro; y Luis Fernando Ávalos, en San Pablo. En Buenos Aires, Miami, Córdoba y Montevideo son otros destinos donde las oficinas consulares están a cargo de embajadores de rango.