29 dic. 2025

Para pasar el rato entre hechizos y brujerías

Rebeca González Garcete

rebecagonzalezg@gmail.com

Con un prólogo ubicado hace más de mil años, El aprendiz de brujo se instala pronto como una película que poco interés especial genera, aunque tiene algunos momentos correctamente realizados.

En realidad (y como era de esperarse), no hay nada nuevo en la trama: un chico común pero no corriente descubre y llega a aceptar que tiene un destino fantástico, nada menos que convertirse en el sucesor del gran mago Merlín.

El tutor es Balthazar, interpretado por Nicolas Cage, desgreñado y con aire de hartazgo, quien aquí hace de nuevo equipo con Jon Turteltaub (National Treasure) y el productor Jerry Bruckheimer.

Jay Baruchel es Dave, el aprendiz. Más preocupado por conquistar a un amor de infancia, el joven muy a regañadientes acepta su misión de convertirse en mago y, luego, luchar contra la malvada Morgana (Alice Krige) para -cuándo no- salvar al mundo.

Es un filme correctamente realizado, con bastantes efectos especiales para entretener pero sin mucha originalidad. Igual, hay un guiño de homenaje a un clásico de Disney (Fantasía) que se disfruta así como cierto humor que funciona a pesar de la delgada fuerza del guión. No dejará huella pero para pasar el rato, basta.

EL APRENDIZ DE BRUJO

(The sorcerer’s apprentice), EEUU, 2010.

Calificación: * * 1/2 (Regular a Buena).

Dirección: Jon Turteltaub.

Guión: Matt López, Doug Miro y Carlo Bernard.

Reparto: Nicolas Cage, Jay Baruchel, Afred Molina, Teresa Palmer, Mónica Belluci, Toby Kebbell.

Fotografía: Bojan Bazelli.

Música: Trevor Rabin.

Duración: 108 minutos.