El ingeniero Fabián Cáceres, ex gerente técnico de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE), consideró que prácticamente se ha perdido la oportunidad de aprovechar los eventuales beneficios que pudieran derivar del nuevo Anexo C en Itaipú, puesto que si llegara el acuerdo en 2026, eso será a través de notas reversales, que deberán someterse a consideración de los Parlamentos de Paraguay y Brasil para su aprobación.
“La última vez que tuvimos una nota reversal, que fue positiva, fue cuando se acordó el aumento de la compensación, que se triplicó. Y eso se acordó allá por el 2009 y se aprobó en el 2012, con viento a favor tres años”, destacó el profesional.
Cáceres lamentó que la ciudadanía no tiene ninguna información de parte del Gobierno paraguayo en torno al proceso. La última información con que se cuenta es que se suspendieron en abril las negociaciones, ante la sospecha de espionaje por parte de Brasil, con presunción de que el propio Lula estaba en conocimiento. “Eso es lo que manejamos”, manifestó el ingeniero.
También se pudo saber que en junio hubo un encuentro vía Mercosur en Buenos Aires, donde los presidentes de Paraguay, Santiago Peña, y de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, conversaron, y trascendió que habría la posibilidad de retomar negociaciones.
“Más allá de eso, desconocemos temas, y realmente, particularmente yo creo que ya perdimos el tren de oportunidad que teníamos para revisar el Anexo C. Los tiempos ya no nos dan. Ese último acuerdo firmado va hasta el 2026, con aquella tarifa y aquellos beneficios que se acordaron en el año 2024, van hasta el 2026. Y ya vamos a estar muy cerca de retirar prácticamente el 50% de nuestra energía de Itaipú, que con las proyecciones actuales eso se alcanzaría ya por el 2030”, analizó el experto.
A su criterio, hacer una revisión buscando mayores beneficios, especialmente en las regalías, sería interesante siempre y cuando Brasil demande más energía. Entonces, el mayor peso iba a ser para ellos y el beneficio –al ser mitad y mitad– iba a ser un beneficio y una ventaja para Paraguay; pero esa oportunidad prácticamente fue perdida, de acuerdo con su análisis.
Respecto de otros eventuales beneficios, como alternativa, dijo que se debe tratar de ver algunas negociaciones sin pasar por notas reversales, que podría ser dentro mismo del Consejo de Itaipú, con algunos acuerdos que den algunos beneficios inmediatos.
“Por ejemplo, acordar por fin hacer la esclusa de navegación, o que se destinen fondos sociales especiales para ampliación de generación, de alguna forma de generación que puede ser solar inclusive, y que financie Itaipú, para que podamos tener mayores reservas”, refirió.
19,28 dólares por kW/mes de tarifa en Itaipú habían pautado ambas naciones para el trienio 2024-2026.
19,28 dólares por kW/mes de tarifa en Itaipú habían pautado ambas naciones para el trienio 2024-2026.
Son seis meses de suspensión
Ayer se cumplieron seis meses de la suspensión de las conversaciones por el Anexo C del Tratado de Itaipú, a raíz del espionaje del vecino país hacia autoridades paraguayas en el proceso de negociaciones, aún no aclarado por Brasilia, y reiterado en su reclamo por el Gobierno de Paraguay.
Las negociaciones están suspendidas desde el 1 de abril. Entretanto, se siguen postergando los eventuales beneficios para el país, puesto que aún no se tiene definido cuáles serían los valores razonables de remuneración al Estado (royalties y compensaciones, si fuese el caso), a las empresas ANDE y ENBar (utilidades y resarcimientos), cómo y cuánto de la energía paraguaya se destinaría al ambiente de contratación libre del mercado eléctrico brasileño, la conclusión de obras complementarias (esclusa de navegación), entre otros puntos.