El Papa, que llegó este domingo a Canadá, se trasladó el lunes a la localidad de Maskwacis, donde se encontraba uno de los mayores internados, el de Ermineskin, gestionado por la Iglesia Católica y donde a los niños, separados de sus familias, se les obligaba a olvidar sus costumbres y cultura y muchos de ellos terminaron muriendo por las terribles condiciones en las que vivían.
Francisco visitó el cementerio de esta escuela, donde están enterrados algunos de los que fallecieron en esta escuela residencial y besó la larguísima pancarta con los nombres de los hasta ahora 4.120 nombres de los niños fallecidos que han sido identificados.
MENTALIDAD COLONIALISTA ”He llegado hasta aquí para decirles, de todo corazón, que estoy profundamente dolido: pido perdón por la manera en la que, lamentablemente, muchos cristianos adoptaron la mentalidad colonialista de las potencias que oprimieron a los pueblos indígenas”, dijo Francisco en español sentado entre los representantes de los jefes de los pueblos originarios y ante más de 2.000 personas, entre ellas muchas víctimas de estos internados.
Recordó que “las políticas de asimilación y desvinculación, que también incluían el sistema de las escuelas residenciales, fueron nefastas para la gente de estas tierras”.
“Terminaron por marginar sistemáticamente a los pueblos indígenas”, reconoció y describió cómo “por medio del sistema de escuelas residenciales, sus lenguas y culturas fueron denigradas y suprimidas; los niños sufrieron abusos físicos y verbales, psicológicos y espirituales; se los llevaron de sus casas cuando eran chiquitos y de esto marcó de manera indeleble la relación entre padres e hijos, entre abuelos y nietos”.
“Quisiera repetir con vergüenza y claridad: pido perdón humildemente por el mal que tantos cristianos cometieron contra los pueblos indígenas”, insistió.
Y haciéndose eco de algunas de las peticiones de los indígenas a la Iglesia Católica, el Papa aseguró que en este proceso de reconciliación será necesaria “una seria búsqueda de la verdad acerca del pasado y ayudar a los supervivientes de las escuelas residenciales a realizar procesos de sanación de los traumas sufridos”.
CAMINO DE RECONCILIACIÓN Los representantes de los pueblos indígenas –las primeras naciones, los metis y los unit– han pedido a la Iglesia Católica que se pueda juzgar a los responsables de las escuelas, que se abran los archivos para poder investigar, así como también que se les devuelvan algunas piezas de arte que les pertenecieron y que se encuentran en los Museos Vaticanos. Para algunos de ellos, las palabras del Papa ayudaron a abrir un camino de reconciliación, según reflejaron los medios locales.
“Al disculparse por los abusos del pasado, Francisco ha ayudado a abrir la puerta para que los sobrevivientes y sus familias caminen junto con la Iglesia por un presente y un futuro de perdón y sanación. Acepto y elijo este camino”, explicó Phil Fontaine, ex jefe de la Asamblea de las Primeras Naciones, quien estuvo en dos escuelas residenciales en Manitoba. El Papa continúa hasta el viernes su gira por Canadá.