La pandemia del nuevo coronavirus (Covid-19) desató una crisis sanitaria global, sorprendiendo a Paraguay con un sistema de salud precario, deficiente por falta de inversión y colapsado por una de las epidemias de dengue más grandes de los últimos años. Esta situación movió al Gobierno Nacional a endeudarse para obtener los fondos de emergencia y dotar a los hospitales y al personal de blanco de insumos, equipos y camas, deuda histórica de sucesivos gobiernos colorados con el pueblo paraguayo, aumentando el 100 % de camas en las Unidades de Terapia Intensiva (UTI).
El sistema público sanitario contaba hasta enero de 2020 con 308 camas de terapia y de reanimación. En ese tiempo lo que se sabía del virus era que causaba diversas afecciones, desde el resfriado común hasta enfermedades graves como el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) o el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS). Los pacientes graves requerían terapia y respiradores en caso de desarrollar estas neumonías.
Mientras que en Europa, en los países del primer mundo las camas de UTI colapsaban, el Gobierno de Mario Abdo Benítez decretaba una cuarentena total para ganar tiempo y fortalecer los hospitales. La recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) era que las camas de terapia intensiva deberían ser una por cada 10.000 habitantes. Paraguay debía tener 100 por millón de habitantes. Actualmente cierra el año con 609, el doble de lo que se tenía a inicios de año.
El viceministro de Atención Integral de la Salud, Dr. Julio Borba, sostuvo que las crisis son oportunidades y con todo lo que generó la pandemia se pudo lograr un crecimiento importante, como nunca antes visto en el sistema de salud, específicamente en el área de los cuidados intensivos, porque actualmente se pudieron habilitar camas en regiones donde no había, pero que estaba proyectado hacerlo. Este es el caso de la ciudad de Pilar, que está en proceso, y del Departamento de Paraguarí, que habilitará 8 unidades de terapia más.
Los respiradores adquiridos como las camas no solo son útiles para casos de Covid –resaltó Borba–, en casi todo el país están sirviendo para atender innumerables urgencias. Ciudad del Este, que fuera epicentro de la pandemia en el país, contaba con 12 camas de terapia intensiva y con esta emergencia pasó a tener poco más de 70 camas en total. Borba resaltó la construcción de los nueve hospitales modulares en los que están habilitadas 700 camas nuevas.
‘‘Otro punto muy importante es el trabajo en conjunto con el IPS en busca del sistema integrado de salud. Nos costó mucho. Al principio veníamos discutiendo muchos proyectos, pero nos costaba tener un punto intermedio y la pandemia nos obligó a trabajar como un solo equipo en Alto Paraná, en la ciudad de Ayolas e Itapúa, donde se integraron los servicios utilizando los recursos humanos de ambas instituciones y más de 300 camas de terapia’’, resaltó el viceministro.
POSCORONAVIRUS
Para el viceministro Borba, es innegable que habrá un antes y un después en el sistema de salud pública en la pospandemia, porque al ciudadano se le estará brindando –como ahora– atención intensiva por cualquier patología. ‘‘Hay que mirar un detalle, de las más de 300 camas de UTI, solamente unas 170 están siendo ocupadas por Covid, el resto por pacientes con otras patologías que sigue habiendo, los accidentes cardiovasculares, los accidentes de tránsito que siguen existiendo, y muchas otras enfermedades que si no existían esas camas la historia de esta gente se iba complicar’’, resaltó.
El Hospital Nacional de Itauguá y el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y del Ambiente (Ineram) son dos instituciones de referencia en la lucha contra el Covid a nivel nacional, cuya infraestructura ampliada en esta emergencia quedará para responder a los pacientes.
‘‘El Hospital Nacional tenía 24 camas de terapia para adultos a enero de este año, hoy tiene 75 camas de terapia. Cuenta con la unidad de terapia más grande del país. La próxima semana habilitamos un nuevo pabellón de 80 camas y con las terapias llegará a 91. Casi 200 camas nuevas van a tener en el Hospital Nacional con esta nueva habilitación’’, relató el viceministro.
Por su parte, el Ineram, de 120 camas pasó a tener 220, 100 son del pabellón de contingencia. Antes de la pandemia había 10 camas de UTI y hoy cuenta con 46 camas de terapia, su crecimiento fue del 500%, explicó Borba.
TOPE
El sistema de salud tiene un límite de crecimiento en cuanto a las camas de UTI, por la falta de terapistas. ‘Yo puedo tener el dinero, el equipo, pero no puedo crecer más porque no tengo los suficientes recursos humanos’’, dijo el funcionario.
Con la duplicación de las terapias los desafíos del Ministerio de Salud no terminan, pues la pandemia vino a hacer más evidente y palpable la precariedad de un sistema sanitario ignorado por las mismas autoridades que ahora deben asegurar un presupuesto para mantener las terapias y los equipos.
Crisis son oportunidades. Se pudo lograr un crecimiento importante en el área de terapia intensiva, en lugares donde anteriormente se pensaba en habilitar camas y hoy es una realidad. Dr. Julio Borba