El funcionario reconoce que los problemas derivados de la pandemia incluyen no solo a los generados con los conciudadanos varados repentinamente en los aeropuertos del mundo, sino del aumento diario de los que quedan desempleados en plena cuarentena. Ambos hechos han demandado de los consulados y embajadores realizar gastos no habituales como la adquisición de alimentos, medicamentos, y hasta pago de hospedajes para algunos paraguayos que, al extenderse el cierre de los aeropuertos y de las fronteras, quedaron sin recursos. El Ministerio cuenta con un fondo denominado de “ayuda social” que los consulados y embajadas utilizan para casos puntuales de ayuda humanitaria. Sin embargo, es un recurso limitado que en algunos casos, ya fue rebasado por las necesidades surgidas como consecuencia de la contingencia sanitaria global.”Algunos embajadores y cónsules ya han recurrido a recursos particulares para responder a las necesidades urgentes de los compatriotas en el exterior”, dijo. Lo hacen, agregó, confiados en que en algún momento se les repondrá lo que del bolsillo propio están utilizando.El viceministro explicó que a fin de mes evaluarán todos estos gastos imprevistos y que analizarán el curso a seguir. Aunque a priori, consideró, el pedido de una ampliación presupuestaria es lo aconsejable.
El MRE cerró el 2019 adoptando varias medidas de contingencia debido al déficit presupuestario en que se encontraba la institución. Para el presente ejercicio fiscal, el presupuesto tampoco es muy auspicioso, según lo había reconocido el canciller Antonio Rivas, debido a que varios rubros que antes se adjudicaban a Fuente 10 (recursos del Tesoro) para el 2020 se asignaron a Fuente 30 (recursos institucionales), lo que implica que está sujeto a las recaudaciones de los consulados y al comportamiento del dólar.
”Esta es una situación inédita para todos. Los fondos de ayuda social son limitados y para casos muy puntuales”