29 may. 2025

Orden

Benjamín Fernández Bogado – @benjalibre

La anarquía y el desorden son los mejores caldos de cultivo para la corrupción. Un gobierno que tuviera como objetivo nada menor de ordenar el Estado habrá hecho un aporte enorme a la consolidación democrática.

De que costará, quién lo duda. Los mismos sectores que reivindican mejores salarios y condiciones de vida se opondrán a cualquier proyecto de este tipo. Sindicatos o gremios que medran con el desorden no quieren en verdad que nada se organice ni ordene. Viven y medran de esa condición contraria que les da el argumento contradictorio e incoherente de mantener sus cargos y canonjías.

Debemos hacer entre todos la mayor revolución que necesita esta democracia: ordenar el Estado paraguayo.

La alambrada de un sector del aeropuerto es una muestra de desidia y falta de dedicación de parte de autoridades que supuestamente están para defender los intereses generales. Ahora se viene una negociación, en donde ustedes ya pueden imaginar de qué lado estarán los perdedores. Catastro desordenado hace que el propio presidente de la República enfrente un juicio por ocupación de tierras reclamadas por otros supuestos propietarios.

Hay más de 100.000 kilómetros cuadrados de superficie de más, debido a la cantidad de títulos establecidos sobre un mismo territorio. Si después de la vida, la propiedad no puede ser garantizada por el desorden de nuestro sistema catastral, ¿de qué Estado estamos hablando?

Más del 90% de las escuelas y colegios públicos no tienen título de propiedad. Cualquiera puede venir a alambrar, ocuparlas y reclamarlas como suyas. La Escribanía Mayor de Gobierno no ha hecho absolutamente nada para que los bienes del Estado sean puestos en papel poniendo orden a este desaguisado.

En Paraguay hay un desorden ex profeso para que las cosas no cambien y el que lo intente, sabe que la sostenibilidad de su labor corre serio riesgo en el Gobierno siguiente.

Si usted debe retirar un certificado de estudios, puede llevarse una gran sorpresa y la búsqueda en algunos casos la tendrá que realizar personalmente. Nuestro sistema de antecedentes judiciales constituye un capítulo completo del absurdo. Puede usted figurar como un asesino a los dos años de edad por un caso de homonimia, donde personalmente tendrá que demostrar que no es el sujeto registrado.

Eso está diseñado ex profeso para que tenga que pagar para que le limpien los antecedentes, porque litigar sobre este hecho será como introducirse al laberinto de Creta con el Minotauro esperando por usted al final.

Estas cosas, en apariencia nimias, tienen que ser parte de un gran trabajo del Gobierno entrante. Lo que más rechaza el ciudadano es vivir en una democracia de fachada con un Estado caro, donde sus funcionarios gozan de privilegios enormes frente a una sociedad maltratada y vejada cotidianamente en el desorden.

Con un mínimo consenso e interés, podríamos evitar pagar anualmente tres millones de dólares en locales alquilados del MEC o seguros médicos en hospitales privados. Construir un sistema de salud para los 300.000 funcionarios públicos solo requiere voluntad para acabar con el desorden que tanta corrupción y gastos genera anualmente.

Se puede... si se quiere.