20 ago. 2025

Ofensiva policial en Río atrapó al rey de Rocinha

La Policía brasileña confirmó el jueves el arresto de Nem, el jefe del narcotráfico de la Rocinha, la mayor favela de Río de Janeiro, y se prepara para reconquistar el control de la zona en los próximos días.

AFP

RÍO DE JANEIRO - BRASIL

Nem, de 35 años, que vivía como un rey en la mayor favela de Río, comandaba a 200 personas en una poderosa red de narcotráfico y llegó a fingir su muerte para escapar de la Policía, fue detenido y trasladado el jueves a una cárcel de alta seguridad. Antonio Francisco Bonfim Lopes, alias Nem, dirigió durante 10 años el tráfico en la Rocinha, la favela más populosa de Brasil y una de las más grandes de América Latina, con más de 120.000 habitantes. Desde su casa con salón de fiestas, gimnasio y terraza con vista al mar, Nem ganaba 1,7 millones de dólares por la venta de marihuana, cocaína y crack -que refinaba en laboratorios clandestinos en la favela- y éxtasis, la única droga que consumía, según indicaron policías no identificados a la prensa local.

NARCO POR CASUALIDAD. Exempleado modelo de una empresa de telecomunicaciones, entró en el crimen organizado por casualidad, después de haber pedido dinero prestado a un exjefe del narcotráfico de Rocinha para pagar los gastos hospitalarios de uno de sus hijos, dijo William de Oliveira, presidente del Movimiento Popular de Favelas y habitante de la Rocinha toda su vida.

Para reembolsar sus deudas, comenzó a traficar con droga y luego se convirtió en jefe de la facción “Amigo de los Amigos” (ADA), que controla la Rocinha, precisó De Oliveira.

“Era trabajador. (...) No era una mala persona. Espero que pueda pagar por sus crímenes y regresar como ciudadano a la favela para estar con su familia”, indicó este exvecino del jefe criminal.

Nem, con nueve mandatos de arresto por narcotráfico, homicidio y lavado de dinero, nunca fue preso. Fue arrestado el jueves de madrugada por la Policía cuando huía de Rocinha escondido en el portaequipajes de un auto, ante una inminente operación policial para reconquistar la favela. “Nem tiene la palabra final en todo lo que sucede dentro de las comunidades, ofreciendo una imagen de benefactor y escondiendo los rastros de sangre y terror”, señalaba la Policía en su orden de búsqueda. En enero de 2010, intentó fingir su propia muerte para escapar de la Justicia, encargando su entierro y pagando a un médico para que hiciera declaración falsa de deceso.

En agosto del mismo año, huyó de un baile en la favela perseguido por la Policía e invadió con sus cómplices el Hotel Intercontinental de São Conrado, donde hizo 35 rehenes hasta que pudo escapar.

Nem es sospechoso también del asesinato de 2 mujeres de 20 y 25 años que entraron a la Rocinha en mayo de 2010 y desaparecieron. Según el delegado de homicidios de Río, Felipe Ettore, ambas fueron condenadas a muerte por el “tribunal del tráfico” dirigido por Nem, por el desvío de una carga de hachís con un valor estimado 17.000 dólares. Nem, un hombre alto y delgado, de rizos morenos y gran boca, “tiene 7 hijos, 2 de ellos adoptados, de 3 mujeres diferentes, y dijo que cuando salga de la cárcel volverá a tener una vida normal”, señaló el comisario Víctor Poubel.