Durante el sermón enfatizó en la importancia de trabajar por la paz por todos los hechos acontecidos en los últimos días y se preguntó si la pesadilla ya comenzó.
“¿Y qué será lo que se viene más adelante? Hermanos, hay que reaccionar, estamos todavía a tiempo, la paz espiritual vale mucho y merece un esfuerzo generoso y decidido. La novedad para nosotros hoy, es el tema de la paz”, aseveró monseñor.
Valenzuela recordó lo que había dicho el arzobispo de Asunción, Adalberto Martínez, quien se refirió a que “la “Patria soñada puede convertirse en una pesadilla. Y dentro de este vaticinio, nos afectan los últimos acontecimientos. Hace unos 15 días atrás se tuvo el asesinato del fiscal Marcelo Pecci, el atentado contra el intendente de Pedro Juan Caballero, y, esa niña de tan solo 3 añitos asesinada, y que era castigada desde hacía 7 meses”, destacó.
Asimismo, el religioso mencionó que la paz se aleja cada vez más de los corazones de las personas y se vive un ambiente de decadencia moral.
“Estamos en un ambiente de decadencia moral, por la deshonestidad y la falta de ideales. Estamos sometidos a los vaivenes del mundo”, refirió.
También recordó los interminables casos de violencia que ocurren a diario en el país.
“Es la hora de que nos pongamos en campaña y luchemos por nuestros derechos. Hay que luchar por la paz. Este no es el Gobierno que queremos”, subrayó el prelado en su homilía.
casos de abusos. En la celebración litúrgica Valenzuela también mencionó a los colegios donde se encontraron notas de amenazas de tiroteos y también los casos de abusos sexuales a menores de edad.
“Hay un colegio, que a través de panfletos recibieron amenazas de tiroteos. Muchos casos de abusos sexuales que nos hace pensar seriamente”, remarcó.
El sacerdote sostuvo que urge la necesidad de que el hombre restablezca su orden interior.
“La paz se conquista luchando contra el desorden, no es una virtud, sino que es el fruto de las virtudes. La lucha es a veces ardua y por momento, desesperante. Alguien dijo alguna vez: ‘Si queremos gozar de paz, hay que declarar la guerra’, y esta frase aplicando al reino de cada individuo, encierra una tremenda realidad, la paz del alma es un edificio que solo puede levantase sobre un montón de escombros que otorgan cimientos firmes y seguros el edificio”, puntualizó.