“Es así que varios de los dirigentes del pueblo se hallan entregados a una vida desenfrenada y que incurren en todas clases de vicios y completo olvido de la responsabilidad de dirigir el país. Consecuentemente, el país se va a la ruina”, apuntó el religioso durante la misa, con masiva presencia de feligreses en el interior de la Basílica de la Villa Serrana.
Agregó que “no somos dueños de nuestros bienes, solo somos administradores, “para eso el Señor nos dio los talentos, para ayudarle al otro. No para usarlo de forma egoísta y dejar de ayudar al prójimo”.
Valenzuela comparó a muchas personas con Lázaro, quien vivió una vida de abundancias, de banquete en banquete, para luego indicar que no fue su riqueza ni su pobreza posterior la que lo llevó al cielo. “La pobreza no condujo al Lázaro al cielo, sino su humildad lo llevó al cielo”. Y las riquezas no impidieron al rico acceder al descanso eterno, sino su egoísmo y su infidelidad. Eso fue su pecado, su egoísmo, su infidelidad”. (DB)