Cinco aspirantes demócratas a la Casa Blanca criticaron ayer que 2.700 menores indocumentados estén recluidos en el centro de detención de Homestead (Florida), donde les prohibieron la entrada para comprobar el estado en el que viven estos jóvenes de edades entre 13 y 17 años.
Las senadoras Kamala Harris y Kirsten Gillibrand, el ex secretario de Vivienda Julián Castro, el ex gobernador de Colorado John Hickenlooper y el alcalde de South Bend (Indiana), Pete Buttigieg, rechazaron que haya centros de detención gestionados por empresas privadas y que estos tengan instalaciones propias de una cárcel. “No puede ser que haya personas que estén ganando dinero por tener a niños encarcelados”, dijo Harris, ex fiscal general de California.
Los políticos, que participaron el miércoles y jueves en Miami en el primer debate de los aspirantes demócratas a lograr la nominación de su partido para las elecciones presidenciales de 2020, lamentaron que los responsables del centro rechazaran su ingreso al lugar.
Castro se preguntó qué es lo que no quieren que vean, quizás las condiciones en las que viven o la sobrepoblación de un lugar que, explicaron, en febrero tenía capacidad para 1.600 personas y ahora mantiene detenidos a 2.700 menores, lo que le convierte en uno de los mayores centros de su tipo en el país. “Necesitamos poner fin a la detención (de menores) en este país y dejar de jugar con los solicitantes de asilo”, dijo el texano, para quien la decisión del Gobierno del presidente Donald Trump de dilatar en el tiempo los procesos de asilo lleva a muchos migrantes a poner en riesgo sus vidas al cruzar la frontera de manera ilegal.
Castro recordó la muerte el domingo del salvadoreño Óscar Martínez y su hija Valeria, cuyos cuerpos sin vida fueron hallados en el río Bravo.
Las fotografías de padre e hija boca abajo en el agua han removido conciencias en EEUU y reflejan el drama que viven muchos indocumentados que buscan el denominado sueño americano.
Harris aseguró que si es presidenta cerrará los centros de detención en su primer día en el Despacho Oval, símbolo de un país que se supone tiene brazos fuertes para proteger a los que necesitan ayuda, como los centroamericanos que llegan en masa a la frontera sur. “Sí se puede”, dijo en español, usando el famoso lema de campaña del ex presidente Barack Obama que acuñó años antes la líder hispana Dolores Huerta.
Calculan baja de un 25% de la llegada de indocumentados
El secretario interino de Seguridad Nacional de EEUU, Kevin McAleenan, afirmó ayer que la llegada de inmigrantes indocumentados a territorio estadounidense bajará en junio hasta un 25% respecto a las cifras registradas en mayo, cuando más de 144.000 personas llegaron al país. McAleenan atribuyó ese descenso al reciente acuerdo con el Gobierno mexicano, que forzará a quienes solicitan asilo en EEUU a esperar en el país vecino hasta que se resuelvan sus casos. “Esas iniciativas están teniendo un impacto y, ahora, anticipamos una reducción significativa de los cruces en la frontera para junio, de hasta un 25%, en comparación con los niveles récord de mayo”, manifestó McAleenan en una rueda de prensa en Washington.