Andrés Colmán Gutiérrez
ITAPIRÚ - CORDILLERA
Las autoridades ya nos tenían olvidados, ahora además nos tienen como presos y en grave peligro de morir”, dice Liza Ferreira, pobladora de la compañía Itapirú, Arroyos y Esteros, parada en medio de la calle de tierra junto a otros vecinos que la secundan, manteniendo metros de distancia. A falta de tapabocas ella se cubre el rostro con un paño blanco, que no alcanza a ocultar el miedo en su mirada ni a disimular el enojo y la angustia en su voz.
Es mediodía del martes y el miedo se siente en el aire enrarecido de esta pequeña comunidad rural habitada por unas 200 familias, quienes desde el lunes permanecen en zozobra, tras enterarse que un vecino de 67 años de edad, querido y respetado, a quien muchos acompañaron en su velorio y en su sepelio, había muerto contagiado del Covid-19.
“No sabíamos que él se contagió del coronavirus. Muchos fueron al velorio y acompañaron al cementerio. Después llegaron los de la Fiscalía. Ahora tenemos miedo, no sabemos quiénes fueron contagiados. Encima nos tienen presos, no podemos salir, mi marido trabaja en Asunción y me tiene que enviar plata para la comida, pero no puedo recibir, las despensas están cerradas. Las autoridades no aparecen”, reclama Liza y varias voces se unen a su indignación. “Si no llevan el cuerpo contagiado de aquí, vamos a quemar el panteón por nuestra seguridad”, advierten.
BARRERA
Dos tiras de cintas amarillas cierran los dos caminos de acceso a Itapirú. Agentes de Policía controlan que los pobladores no salgan. Los pocos locales comerciales están cerrados. No se ven personas en las calles. En el cementerio, un hombre toma notas en una planilla. Es el doctor Gustavo Américo Gamarra, médico terapista del Hospital Militar, quien también vive en Itapirú, fue director del centro de salud local y conoce el caso en profundidad.
“Conocí bien al señor (la víctima). Tenía leucemia y acudía a hacerse quimioterapia en el Hospital de Clínicas, en San Lorenzo. Entre el 5 y 6 de abril estuvo allí, probablemente entonces contrajo el coronavirus”, explica.
El martes 7 de abril, una hija del sexagenario buscó a Gamarra porque su padre estaba con fiebre. Tenía apenas 1.200 glóbulos blancos. Al día siguiente, miércoles 8, pasó a verlo en su domicilio. “Les dije que lo lleven urgente al hospital. La hija me llamó y me contó que le diagnosticaron NIH (neumonía intrahospitalaria), en Clínicas ya sabían que él había adquirido una infección allí. Murió el sábado 11 a la noche. Le hicieron una segunda prueba de Covid-19 (la primera había dado negativo) y entregaron el cuerpo a los familiares el domingo 12”, relata Gamarra.
FALLAS DE PROTOCOLO
Una empresa funeraria de Caacupé cerró el ataúd y trajo el cuerpo hasta el domicilio de la familia en Itapirú, el domingo 12. “Debían enterrarlo enseguida, pero trajeron a velarlo en la casa durante la tarde y noche del domingo. Mucha gente vino al velorio y acudió al sepelio el lunes”, narra el médico Gustavo Gamarra.
Poco después del sepelio aparecieron las autoridades sanitarias y de la Fiscalía con el resultado del último examen, revelando que el paciente dio positivo a coronavirus. La alarma se disparó. Hubo una fuerte discusión entre la gente de la Fiscalía y los familiares en la entrada del cementerio.
El doctor Gamarra cree que hubo poco cuidado en Clínicas al entregar el cuerpo a los familiares, cuando probablemente ya había sospechas sobre coronavirus. “Tampoco nadie controló que el cuerpo se entierre enseguida, que se cumpla el protocolo”, destaca.
Hubo muchas mentiras. “Un fiscal de Caacupé aseguró que el cuerpo se enterró bajo tierra, según el protocolo, pero no es así”, indica. Acompaña a los periodistas a verificar el precario panteón y muestra las grietas visibles que el panteón tiene en la parte posterior. “Esto no responde al protocolo de seguridad médica, aquí se cometieron muchos fallos”, asegura.
ANGUSTIA
En una casi desierta sede de la Municipalidad de Arroyos y Esteros, el intendente Lázaro Ovelar reconoce su preocupación. “Los pobladores están molestos y con miedo, necesitamos asistencia de las autoridades nacionales. El bloqueo sanitario agravará la situación. Aquí hay 7.200 personas humildes que se anotaron para recibir subsidios del programa Ñangareko, pero no cobraron aún un solo guaraní. Ni siquiera pueden ir a pescar porque está prohibido. Hacemos todo lo que podemos por ayudar, pero nuestros recursos son limitados. Y aún no sabemos cuántos más se contagiaron”, indica.
BAJO CONTROL
Respecto al manejo del Hospital de Clínicas, que hoy evalúa enviar a cuarentena a su personal de salud, el doctor Eduardo Jara, director de la tercera Región Sanitaria de Cordillera, dijo: “No quiero arriesgarme y decir en qué momento o quién falló, porque Clínicas no depende del Ministerio de Salud y no sé cuál fue el manejo que se dio en ese lugar”.
La autoridad sanitaria asegura que la situación en la compañía Itapirú está bajo control. Se detectó a todos los que asistieron al velorio y al sepelio, se los mantiene en cuarentena y el panteón será revestido con una pared más gruesa de cemento. “Tenemos a unas diez personas trabajando en el caso”, expresó.
Médicos del Hospital de Clínicas podrían ir de cuarentena
El doctor Jorge Giubi, director general asistencial del Hospital de Clínicas refirió que “lo que pasó es peligroso y preocupante porque Salud dictó un protocolo de manejo de fallecidos sospechosos y que se socializó. No hay que velarle al paciente, que tiene que estar en el cajón cerrado, sellado, y que tiene que ir directo al entierro”.
Agregó que “era un enfermo leucémico que estaba en tratamiento en el Hospital de Clínicas en forma programada, estuvo hace 10 días para hacerse una quimioterapia dentro de la institución, se hizo la quimio, y se fue de alta. Y el paciente volvió el viernes 10 al hospital con un agravamiento de su cuadro leucémico, vino con fiebre y ahí se constató un problema respiratorio, y se le pasó al área respiratoria, como un caso sospechoso del Covid-19”.
“Este paciente fallece en estado grave. Los familiares estaban en conocimiento de que era un sospechoso del Covid. Se les dijo que se envió la muestra. Creo que hubo una dificultad económica para trasladar el cuerpo entonces fue llevado a la morgue, la funeraria cumplió con el protocolo para el retiro del cuerpo del paciente”, dijo Giubi.
El director indicó que unos 40 funcionarios, entre médicos, enfermeros y otros trabajadores de la salud del Hospital de Clínicas podrían ser sometidos a cuarentena, luego de haberse constatado el fallecimiento del sexagenario procedente de Arroyos y Esteros.
Giubi, admitió que se trata del primer paciente fallecido por coronavirus en Clínicas y el caso implica una evaluación de lo ocurrido, para corregir los fallos que se puedan haber podido cometer. “Todos estamos aprendiendo de este proceso”, indicó en una entrevista radial. “En un sistema de salud donde tenemos pocos recambios esto golpea mucho, pero vamos a hacerlo”, agregó sobre la cuarentena del personal de blanco.