La muerte a los 94 años del director Michelangelo Antonioni, que irrumpió en el panorama cinematográfico con películas que por primera vez representaban los problemas y las angustias del hombre moderno, cierra un ciclo histórico en el cine italiano.
Antonioni, según informó ayer su familia, murió el lunes “plácidamente” en un sillón de su casa de Roma, el mismo día en que moría otro de los grandes realizadores del cine mundial, el sueco Ingmar Bergman.
Antonioni comenzó su carrera en pleno “neorrealismo” junto a directores como Vittorio de Sica, Roberto Rossellini y Luchino Visconti, pero sus películas significaron una ruptura con este género, reinventando el cine con filmes meticulosos en la técnica y en la prolijidad del guión. Aunque para muchos sus películas eran para intelectuales.
En “Crónica de un amor” (1950) analizó la crisis de pareja, y en “Zabriskie Point” (1970) habló sobre la rebeldía juvenil en Estados Unidos. Al realizador se le considera el descubridor de una de las más importantes actrices italianas, Mónica Vitti, que se convirtió en musa y protagonista de muchas de sus películas. Antonioni conquistó al público internacional con “Blow Up” (1966), basada en el cuento del argentino Julio Cortázar “Las babas del diablo”, que fue ganador en el Festival de Cannes. En esta misma etapa hizo la cinta estadounidense “El reportero” (1974), con Jack Nicholson. Su última producción fue “Más allá de las nubes”, que fue codirigida con el alemán Win Wenders..