“Si al campo le va mal, a toda la economía impactará negativamente. El futuro del país depende de aprovechar el potencial de las mujeres”, remarcó María Irene Campo Heisecke, productora ganadera y miembro del CEA, al destacar la relevancia de la ganadería en Paraguay como motor del desarrollo nacional.
Campo Heisecke recordó que Paraguay es un país eminentemente productor y que la agroexportación constituye una de sus mayores fortalezas. La ganadería, dijo, es un pilar estructural de la economía: emplea a más de 308.000 personas, moviliza una inversión superior a 41.000 millones de dólares y sostiene un hato de 12,8 millones de cabezas, con una faena anual de 2,3 millones. El 75% de la producción se destina a la exportación, generando más de 1.700 millones de dólares en divisas y posicionando al país como sexto exportador mundial de carne, proveedor de alimentos para más de 100 millones de personas.
“El desafío ahora es recomponer el hato ganadero, mejorar la eficiencia productiva y acceder a nuevos mercados, enfrentando también las barreras arancelarias y las exigencias internacionales”, señaló Campo Heisecke.
Ventajas. Desde el sector industrial, Florencia Costanzo, de Minerva Foods, presentó un panorama alentador para la carne paraguaya, destacando las ventajas competitivas del país y su creciente posicionamiento en el mercado global. “Paraguay ya no es solo un proveedor regional. Hoy busca consolidarse como un actor de carne premium, con trazabilidad, sustentabilidad y calidad certificada”, afirmó.
Costanzo explicó que el país está en un proceso de reconfiguración comercial, priorizando mercados como Israel, Estados Unidos y Taiwán, que ofrecen mayor valor agregado. Resaltó la importancia de la colaboración entre el gobierno, productores e industria para alcanzar certificaciones internacionales y garantizar un desarrollo sostenible.
Minerva Foods, dijo, apuesta fuertemente por la sostenibilidad y la inclusión de mujeres en puestos de liderazgo. “Invertimos en mujeres líderes porque aportan eficiencia, compromiso y una visión más humana en cada etapa de la producción”, expresó.
Mirada regional. En el plano regional, la especialista argentina Paula Carreño destacó que el futuro del negocio cárnico está marcado por la sostenibilidad y la percepción del consumidor. Citó un informe reciente de la OCDE y FAO que prevé un crecimiento en el consumo mundial de carne, aunque con decisiones de compra cada vez más influenciadas por la trazabilidad, el bienestar animal y la calidad simbólica.