La Selección Paraguaya igualó ante Colombia sin goles en Barranquilla, punto que sirve de poco, ya que el equipo albirrojo queda relegado a la penúltima plaza, sin chances futbolísticas para intentar la hazaña en la recta final de las Eliminatorias.
Y como argumento repetido del ciclo anterior, un equipo sin vida, con poca actitud, que se dedicó a correr y a ser más errático que resolutivo, con variantes que no aportaron rebeldía, como siguiendo un mismo guión de no perder, para tener excusas para seguir engañando a la afición con falsas esperanzas. Ante la ausencia de una idea, la Albirroja no supo aprovechar la ansiedad del rival para pegar el salto y generar algo de expectativa.
Tampoco se tuvo un argumento sólido para imponer un estilo. En la primera parte, errores del local generaron la mejor situación del equipo paraguayo, que otra vez no pudo ser aprovechada. Miguel Almirón, que puso algo más de actitud, tuvo la más clara, pero volvió a ser irresoluto, prolongando su deuda con la Albirroja, al igual que los otros “referentes” del grupo, a esta altura con interés muy elevado.
Colombia, abrumado por su público hostil y la necesidad de marcar y volver a ganar, no fue claro en los metros finales, cayendo por momentos en la lucha que propuso su rival, y se fue diluyendo en su enfoque.
Son cinco fechas que pasaron con la zona de clasificación a la vista, pero la pésima dirigencia encabezada por Robert Harrison deja un resultado que está a la vista. La tabla no miente, es la realidad de este grupo, condenado a volver a quedar fuera de otra Copa Mundial.