“Murió hoy, se nos fue en paz absoluta, no sufrió dolor”, confirmó Luz Marina Acosta, asistente desde hace más de 40 años de Cardenal, reconocido representante de la teología de la liberación y protagonista de la revolución sandinista.
“Nuestro gran poeta acaba de morir a sus 95 años, después de una vida entregada a la poesía y a la lucha por la libertad y la justicia”, escribió la escritora Gioconda Belli.
El sacerdote trapense y multipremiado poeta nicaragüense, quien falleció en Managua, se dedicó casi por entero a la literatura en sus últimos tiempos, y justo hace un año celebraba la edición de su más reciente libro Hijos de las estrellas.
Hace un año, Cardenal dirigió una misa en su casa, una de las primeras desde 1985, luego de que el papa Francisco lo absolvió de “las censuras canónicas” que le impuso el papa Juan Pablo II, cuando lo suspendió “a divinis”, por mezclar la religión con la revolución sandinista.
El autor de Oración por Marilyn Monroe y otros poemas (1965), era uno de los poetas vivos de Latinoamérica más reconocidos a nivel mundial, y en 2010 fue propuesto al Premio Nobel de Literatura.
Cardenal, ganador del prestigioso Premio Reina Sofía de Poesía, el más importante de Iberoamérica, estaba retirado de la vida política, tras haber pertenecido al gobierno sandinista en los años 80 del siglo pasado. Autor de Epigramas (1961) exigió al presidente Ortega en 2018 que detuviera “inmediatamente esta represión que está sufriendo nuestro pueblo”. Ese mismo año Cardenal recibió el Premio Internacional Mario Benedetti. La obra del sacerdote trapense ha sido traducida a más de 20 idiomas. EFE Y AFP