AFP y EFE
GLENDALE
Decenas de miles de estadounidenses asistieron este domingo al estado de Arizona para despedir con honores a Charlie Kirk, en un evento donde el presidente Donald Trump y altos funcionarios de su gobierno le rindieron homenaje tras su asesinato a tiros la semana pasada.
El tributo ha generado un extraordinario nivel de atención mediática, comparado incluso por algunos medios con un funeral de Estado, para el que se ha desplegado un fuerte dispositivo de seguridad. Trump esperó su turno para dirigirse a la multitud, escuchando discursos del secretario de Estado Marco Rubio; el secretario de Defensa, Pete Hegseth, y otros funcionarios mientras se desarrollaba el evento.
“LO HAN HECHO INMORTAL”. ”¿Pensaron que podían matar a Charlie Kirk? Lo han hecho inmortal”, dijo el principal asesor de Trump, Stephen Miller. “Han inmortalizado a Charlie Kirk, y ahora millones llevarán adelante su legado”.
Al salir de la Casa Blanca para volar a Arizona, el presidente aseguró que el tributo tiene como objetivo “celebrar la vida de un gran hombre”.
Antes del amanecer, miles de personas hacían cola con la esperanza de entrar en el estadio, con capacidad para 63.000 asistentes, donde se celebraba el servicio para rendir homenaje al líder conservador considerado un impulsor de la reelección de Trump.
Sydney, una mujer de 56 años que viajó desde Tucson, explicó que asistió para mostrar su apoyo a lo que Kirk representaba: una “voz de la razón, siempre calmado y dispuesto a debatir”, algo que considera escaso en la actualidad.
La mujer lamentó también la creciente polarización en el país y confesó que incluso ha perdido amistades por ello: “A veces, siento que me tengo que callar lo que pienso. Yo entiendo la diferencia de opiniones, pero estamos en puntos tan diferentes que parece que ya no hay sentido común y ni siquiera sé cómo superarlo, y parece que Kirk lo estaba intentando”, apuntó.
“Lo veo como un mártir de Cristo, sin duda”, dijo por su parte Mónica Mirelez, una texana de 44 años que condujo 12 horas para asistir al servicio.
Kirk, de 31 años, recibió un disparo en el cuello el 10 de setiembre mientras hablaba en una universidad de Utah como parte de su popular serie de debates públicos. Las autoridades arrestaron a un sospechoso tras 33 horas de búsqueda, y la fiscalía solicitó la pena de muerte en el caso.
CRIMEN DE ODIO. El presunto tirador de 22 años citó como motivo de su crimen el “odio” que, según él, alimentaba Kirk, quien debatía públicamente sobre la educación, las políticas de inclusión, el islam, la inmigración, entre otros temas. En respuesta al asesinato, la Casa Blanca declaró la semana pasada que tomaría medidas enérgicas contra lo que denomina “terrorismo doméstico” por parte de la izquierda.