El artículo 238 del Código Procesal Penal establece que no se podrá decretar la prisión preventiva de las personas mayores de setenta años y otros casos, si es imprescindible alguna medida cautelar de carácter personal, se decretará el arresto domiciliario.
Este fue uno de los artículos invocados por el juez Enrique Sanabria para otorgar la libertad ambulatoria a Ramón González Daher, considerando que por su edad ya no debería estar en prisión.
Al potentado empresario luqueño se lo suele ver caminando por las calles de su ciudad, relajado y acompañado de algunos amigos.
Sin embargo, en las distintas cárceles del país hay cientos de adultos mayores que están tras las rejas en condiciones poco humanas, debido al hacinamiento que sufren la mayoría de los centros penitenciarios.
En el último cuatrimestre, la población penitenciaria de adultos mayores era de 268 personas, según precisó Rubén Maciel Guerreño, viceministro de Política Criminal del Ministerio de Justicia.
En el último reporte, este número aumentó a 350 personas: 61 están en la penitenciaría de Tacumbú; 50 en Coronel Oviedo, 47 en Encarnación; 33 en Pedro Juan Caballero, entre otros.
Las autoridades del Ministerio de Justicia indicaron que son consideradas personas adultas mayores, los que cumplieron la edad de 65 años.
Según afirmaron, en los reportes no se cuenta con la discriminación de los que se encuentran procesados y de los que están con condena.
Pero teniendo en cuenta la alta cantidad de personas privadas de libertad con prisión preventiva (71% de la población penitenciaria) se podría deducir que cientos de ellos están con prisión preventiva.
EN TACUMBÚ. De las más de 60 personas que viven en la penitenciaría de Tacumbú, 25 se encuentran recluidas en dos habitaciones que en años anteriores, fueron parte de las celdas vip que ocupaba Jarvis Chimenes Pavao.
Son 4 dormitorios donde conviven 8 a 6 personas.
El resto es se distribuye a otros pabellones del penal, debido a la falta de espacio, expresaron nuestras fuentes.
“Hay un problema de la población adulta mayor, que tiene que ver que las penitenciarias no están acondicionadas para recibir a esta población, no tienen facilidades, adecuación de pisos, de espacios, del baño, de aire, de luz, de nada”, indicó Orlando Castillo, comisionado del Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura.
Estas personas forman parte de la población penitenciaria considerada vulnerable.
En el último cuatrimestre del 2021, esta población privada de libertad fue de 1247 personas, distribuidas en las siguientes categorías: adultos mayores 29% de la población; también están en esta lista las madres con hijos, las personas LGTBI, discapacidad física y sicosocial, indígena y extranjero.
61 Adultos mayores viven en la cárcel de Tacumbú. El centro penitenciario más grande que tiene el país.
350 Adultos mayores están distribuidos en los diferentes presidios, según datos que manejan las autoridades.