Rosalía Ciciolli rcicioli@uhora.com.py
La primera gran meta de los micro, pequeños y medianos emprendedores es lograr que sus productos se hagan conocidos para una buena cantidad de clientes fijos. Con este primer objetivo cumplido, luego luchan por darse a conocer mucho más, usando todos los medios a su alcance, como las redes sociales, el boca a boca, los influencers o los concursos de emprendedurismo. Y el siguiente anhelo por el que más trabajan es el de colocar sus productos en los grandes centros de abastecimiento. Fue así que la Cámara Paraguaya de Supermercados (Capasu) otorgó la gran oportunidad a varios de estos emprendedores de participar de la reciente exposición de retail más importante del país, para lograr conquistar más mercado para sus creaciones. En este espacio, varios de ellos expusieron una alta variedad de productos de elaboración propia ante cientos de ejecutivos de supermercados que estaban en busca de novedades para sus góndolas. Estos microempresarios apuntan a convertirse en proveedores fijos de las grandes cadenas de supermercados, venderles sus productos a gran escala y llegar a los consumidores de forma masiva. Ese gran paso les ayudará a seguir desarrollando sus emprendimientos, a crecer, a alcanzar más metas, a llegar más lejos y a conquistar otros mercados.
Los alfajores sin azúcar que esperan llegar a las góndolas
Sandra Valinotti es una especialista confitera, que al volver a Paraguay después de pasar una estancia de trabajo en París, decidió crear su pequeña empresa, a la que bautizó con el nombre de Madelina, en homenaje a su abuela. Ella se decantó por elaborar alfajores y productos de confiterías, pero sin azúcar, a pedido de su padre, que padece de diabetes. Por eso, sus productos son especialmente dirigidos a las personas con esta condición, así como a aquellas que tienen sobrepeso o que se encuentren a dieta. “Nosotros acabamos de ganar un premio del Ministerio de Industria, que se creó para apoyar a los microemprendedores, nos entregaron maquinarias para la producción, justamente para poder ingresar a los supermercados”, cuenta Sandra. Especificó que sus productos ya tienen registro y están listos para ingresar al gran mundo de las ventas masivas. La emprendedora produce junto a otras dos personas y espera poder dar el gran salto que le ayude a que su empresa crezca, hasta llegar a producir tanto que pueda exportar sus alfajores.
Los fabricantes de zapatos buscan salvar su añejo oficio
El sector de los pequeños fabricantes de calzados fue uno de los que más sufrieron los embates de la pandemia, por lo que tuvieron que buscar alternativas para poder subsistir. La necesidad de las multitiendas de contar con productos cuando se cortaron las importaciones, otorgó a los productores de zapatos un poco de oxígeno, pero les duró menos de dos años. Ahora, Mario Salinas, presidente de la Asociación de Productores Itaugüeños de Calzados (APIC), y el productor Julio Cardozo también apuntan a colocar sus zapatos de fabricación nacional en los supermercados. Aunque les cueste un poco cumplir con el principal requisitos de que sean a bajo precio, debido a los altos costos que implica para ellos la materia prima importada, están dispuestos a hacer el esfuerzo con tal de poder dar salida segura a sus productos. Ambos zapateros destacaron la ayuda de la Municipalidad de Itauguá, que les entregó maquinarias para los cursos a ser dictados por el SNPP a los jóvenes de la comunidad, para que este oficio no se pierda.
Una familia alcanza el éxito con sus productos delicatessen
Leticia, Alice y Julio Agüero pertenecen a una familia resiliente, que después de haber perdido todos sus negocios, lograron armar con éxito una pequeña empresa de alimentos probióticos, tipo delicatessen, con la marca Ergo. El cerebro de toda la empresa es Leticia, la hija de la pareja Agüero, quien al convertirse en madre decidió que no quería salir a trabajar fuera de la casa. Fue así que se encargó de desarrollar hasta 58 productos para su pequeña empresa –y para otras dos firmas–, envasarlos, etiquetarlos y distribuirlos. La distribución y venta recae sobre Alice y Julio, quienes entregan los pedidos en el vehículo familiar. La mayoría de sus productos ya cuenta con licencia de la INAN para la venta, lo que les llevó a ganarse la oportunidad de proveer a Casa Rica. Pero no quieren parar ahí, pues buscan que sus productos sigan ganando mercado. “Elaboramos alimentos encurtidos, probióticos, pastas, chadnis, salsas picantes con una rica sazón para acompañar. Son alimentos frescos, naturales y varios son totalmente orgánicos”, comenta Alice.
Una novedosa crema de café para ahorrar tiempo en batir
Los amantes del buen café ya tienen otra opción para probar: una crema de café concentrado, batida en forma artesanal y vendida ya lista para consumir; solo hay que agregarle agua fría o caliente y ya está. Sus ingredientes incluyen café de una marca colombiana top, azúcar orgánica y es baja en calorías. Se puede mantener por 30 días en la heladera y por 90 días en el freezer. Tiene 16 gustos diferentes y su sabor estrella es el de fresa. Esta novedosa opción nació durante la pandemia, de la mano de Araceli Servín (centro), quien creó su marca Rohayhu Café, con la intención de brindar una alternativa práctica, deliciosa y rápida a los consumidores de esta bebida. A esta crema también se le puede agregar leche a gusto o tomarlo solo. Tienen varias presentaciones, a precios bien accesibles. “Actualmente, vendemos y hacemos entregas por delivery. Hace poco abrimos una cafetería en el shopping Villa Morra, pero queremos ingresar al mercado retail porque creemos que el gran sabor de nuestro producto puede ganarse la preferencia de los fanáticos del café”, aseguró.
