AFP
HERSHEY, EEUU
John McCain y Sarah Palin se mostraron unidos en un mitin de campaña, en su primera aparición juntos desde que surgieron versiones de un conflicto interno entre facciones de los candidatos a presidente y vicepresidente republicanos a la Casa Blanca.
McCain lanzó la cuenta regresiva de una semana hacia las elecciones del 4 de noviembre frente a miles de seguidores en el estadio Giant Center de Hershey (Pensilvania, este) buscando ganar votantes en este estado clave.
“Cuando dos inconformistas se unen no siempre coinciden en todo, pero eso es muy divertido”, dijo McCain sobre su relación con Palin, antes de volver a retratar a su rival demócrata Barack Obama como un político de izquierda que conspira con subir los impuestos.
“El senador Obama quiere ser redistribucionista en jefe, yo quiero ser comandante en jefe”, dijo McCain. “El senador Obama quiere diseminar la riqueza, yo quiero crear riqueza. El senador Obama quiere castigar a los exitosos, yo quiero que todos sean exitosos”.
Camino a las elecciones del próximo martes, Obama lidera en las encuestas de Pensilvania, que ha votado a favor de los demócratas en todas las elecciones desde 1992.
Pero la campaña de McCain está convencida de que pueden ser competitivos en el estado, atrayendo a los votantes de la clase trabajadora que respaldaron a Hillary Clinton durante la maratónica interna demócrata.
El mitin de Pensilvania tuvo lugar días después de que surgieran acusaciones mutuas entre colaboradores de McCain y Palin, con cada lado apuntando el índice al otro luego de que una encuesta sugiriera que la gobernadora de Alaska se había convertido en una desventaja.
BUSH INSTA A VOTAR. El presidente George W. Bush realizó una visita sorpresiva a la sede de su partido en Washington para estimular a los republicanos a seguir apoyando y alentando a John McCain hasta el final, pese a pronósticos desfavorables, indicó la Casa Blanca.
Los sondeos muestran que McCain tendrá que trabajar mucho en los últimos días de campaña para vencer al demócrata Barack Obama. Pero la portavoz de Bush, Dana Perino, recordó que la última semana de la campaña es “generalmente la más importante”.
Bush realizó una campaña muy discreta para McCain ante las elecciones presidenciales del 4 de noviembre, restringiéndose a los sectores donde su impopularidad podría no ser tan nociva. McCain se encargó de mantener sus distancias con respecto al mandatario estadounidense, en uno de sus niveles más bajos de popularidad.