Las explosiones se produjeron en plena tensión en Oriente Medio y un día después de que el número dos de Hamás, Saleh Al Aruri, aliado de Irán, muriera en un ataque en Beirut, que las autoridades libanesas atribuyeron a Israel.
Las explosiones, que ocurrieron con unos 15 minutos de diferencia, tuvieron lugar cerca de la mezquita Saheb al Zaman, donde se encuentra la tumba de Soleimani, en la ciudad de Kermán, en el sur de Irán.
Rahman Jalali, vicegobernador de la provincia de Kermán, declaró en la televisión estatal que fue “un atentado terrorista”.
Nadie reivindicó el ataque de momento, el más mortífero en el país desde la revolución islámica de 1979.
“El número de muertos aumentó a 103 tras el fallecimiento de personas heridas durante las explosiones terroristas”, dijo la agencia oficial de noticias Irna.
La televisión estatal indicó que 211 personas resultaron heridas y algunas de ellas se encuentran en estado crítico.
Entre los muertos hay tres paramédicos que acudieron al lugar tras la primera explosión, afirmó la Media Luna Roja iraní.
El presidente Ebrahim Raisi condenó este ataque “odioso” y la República Islámica decretó para hoy un día de luto nacional.
El líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, prometió ayer una “dura respuesta” a los “malvados y criminales enemigos de la nación”.
Imágenes difundidas por internet mostraron a la multitud tratando de huir del sitio mientras el personal de seguridad acordonaba la zona. La televisión mostró ambulancias y socorristas en el lugar. La agencia de noticias iraní Tasnim dijo que “dos bolsas con bombas hicieron explosión”. “Los autores (...) detonaron aparentemente las bombas por control remoto”, añadió.