25 jun. 2025

Marisa y Jorge, 40 años de amor y de repartir alegría

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Marisa Cubero y Jorge Brítez son la dupla artística de Clowns, formada en 1983, que se convirtió con el tiempo en una sólida pareja de vida, y la que conformó una familia cuando nació su hija Aura Brítez Cubero, que también decidió integrar el camino artístico de sus padres.

Ellos son la familia de arte de Bochín Teatro Clown que construyó poco a poco, con constancia, amor y unidad, lo que hoy es un hogar y una prolífica empresa dedicada al arte. En la década de los 80, Jorge Brítez, más conocido como Bochín, fue exiliado de Paraguay, en sus andanzas fue a parar a Europa, donde en el año 1983 conoció a su dupla, Marisa Cubero, una joven payasa española. La única hija de la pareja, Aura Brítez, es licenciada en Comunicación, asistente de dirección del montaje y productora teatral de Bochín. Encuentro que da risa En las festividades de Móstoles, un municipio de la comunidad de Madrid, en mayo de 1983 contrataron a dos payasos para que se encargaran de animar la comparsa en la calle junto a otros artistas. Ni Marisa ni Jorge sabían que el destino les tenía preparado ese encuentro y que quedarían flechados el uno por el otro. “Le dijeron a Bochín: ‘Te vamos a llevar donde está el otro payaso’, y se estaban cambiando en una escuelita. Bochín le vio de espaldas a Marisa con su cabello largo y cuando ella se dio la vuelta, él se enamoró de esa payasita, dice que de primera vista le encantó, ya se enamoró”, relató Aura, fruto del flechazo que surgió en esa ocasión. Según relató la hija, Marisa siempre cuenta que también “se enganchó a ese payaso morochito, bajito, sudamericano”. “Mamá siempre dice que mi papá le hizo payé, del cabure’í rague”, recordó Aura entre risas. Ese primer encuentro bastó para intercambiar números. Aura continúa relatando que su papá intentaba comunicarse con su mamá, pero que ella nunca se encontraba presente cuando le llamaba telefónicamente. Luego de un tiempo pudieron coincidir y en síntesis tuvieron dos citas. En la segunda cita, Marisa le dijo a su entonces novio que decidió ir a vivir con él, pasó un tiempo y ella a escondidas se fue. “Como él era inmigrante, mi abuela no iba a permitir que su última hija, la única mujer, vaya a vivir con un payaso y es por eso que se escapó. Esperó que su mamá salga de casa, pidió prestado un auto y llevó su ropa y las cosas que tenía y se fue a vivir con Bochín”, describió. Desde ese momento hasta ahora están juntos. Cuatro décadas juntos Tanto Marisa como Jorge coinciden que el secreto para estar juntos 40 años está en elegirse todos los días. “Obviamente seguro tuvieron su momento de crisis como toda pareja, pero siempre apostaron por la familia y siguen apostando por seguir aportando desde el arte, porque ellos formaron no solo una familia, sino una familia de arte, donde se dedicaban a la actuación como estilo de vida”, prosiguió Aura. En los primeros años juntos se formaron profesionalmente con técnicas de circo, técnicas de clown, en técnicas de teatro calle y crearon su propio lenguaje. Luego de cuatro años juntos decidieron ser padres y nació Aura. Bochín Teatro Clown es una gran familia, donde a la dupla de Jorge y Marisa se sumó su hija Aura, y luego, otros apasionados por el mundo del clown. “Bochín Teatro Clown es una gran familia, pero en el sentido ampliado, no solo porque nosotros somos familia de sangre, mis padres y yo. Siempre dicen que hay que separar el trabajo, lo profesional de lo personal, pero es una línea un poco fina en nuestro caso, porque prácticamente al actor al que le involucramos a trabajar con nosotros, le abrazamos también como familia”, concluyó Aura Brítez.

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Comienzos. Marisa y Jorge en sus inicios, en el 88.

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Dupla. Jorge Brítez y Marisa Cubero sobre el escenario.

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