08 may. 2024

Los casos de corrupción en plena pandemia desatan el hartazgo social

Pese a estar a la vanguardia en la lucha contra el Covid-19, los casos de corrupción en plena pandemia y el mal manejo de recursos para Salud terminaron por debilitar al Gobierno de Abdo.

Las rápidas acciones tomadas por el Gobierno de Mario Abdo Benítez en marzo tras los dos primeros casos de contagio de Covid-19 en el país, hacían presagiar un liderazgo real del jefe de Estado. Las medidas adoptadas fueron ponderadas incluso internacionalmente, lo que le valió al Gobierno para jactarse de ello en varias ocasiones.

La cuarentena total fue aceptada y respetada por la ciudadanía, con el fin de fortalecer y evitar el colapso del sistema de salud. Para ello, el Gobierno prometió equipar hospitales y dotar de insumos a todo el sistema sanitario obteniendo un millonario préstamo, de modo a hacer frente a la pandemia.

Sin embargo, los casos de corrupción que se fueron dando en el marco de las compras de insumos de salud terminaron por echar por tierra toda credibilidad del Gobierno.

Los casos suscitados en la Dirección Nacional de Aeronáutica Civil (Dinac), en Petropar, como así también la compra fallida de insumos médicos por parte del Ministerio de Salud en una situación sumamente delicada, golpearon a la ciudadanía y el Gobierno pasó a ser objeto de críticas y los responsables procesados por la Justicia.

Los analistas políticos Milda Rivarola y Marcos Pérez Talia coincidieron en señalar que la desilusión ciudadana se acrecentó al darse los sonados casos de corrupción.

Rivarola dijo que actualmente el Estado es incapaz de imponer su norma y autoridad, muy por el contrario de países como Alemania o Inglaterra. Acotó que los siguientes meses serán fundamentales en el tratamiento de la pandemia, habida cuenta de que estamos en un momento muy delicado.

“Tiene que ver un poco con la desconfianza y la desilusión ciudadana respecto a como se manejaron los fondos del Covid, pero tiene que ver también con el hartazgo y el cansancio de la gente. Los primeros días no volaba una mosca, y ahora pese a las restricciones que todavía se mantienen, la gente se comporta como si no existiera la epidemia. Pero eso no es solo en Paraguay, sino mundial, solo que en Alemania o Inglaterra o Francia hay un Estado que es capaz de imponer su norma y su autoridad. Acá el Estado no tuvo nunca capacidad para imponer, mucho menos después de todo lo que sucedió”, señaló Rivarola.

Mencionó que actualmente el Gobierno no tiene la fuerza necesaria para imponer sus normas por la pérdida de credibilidad que tiene.

“Es por debilidad del Estado para hacer cumplir todas las normas y en especial esta que limita libertades, capacidades y posibilidad de trabajo. Es un Estado débil, y se encuentra con que no puede ordenar situaciones, largan decretos, normas, pero sin posibilidades de castigar ni imponer su ley”, reflexionó.

Rivarola sostuvo que la falta de una cultura de disciplina en nuestro país también pesa a la hora de hacer una evaluación sobre el comportamiento ciudadano durante esta pandemia. Dijo que el ciudadano es consciente de que no hay castigo y deja de ser responsable.

“Lo que sí golpeó al comienzo es que se esperaba que el Gobierno actuara como un todo, y que no saltaran esos casos ridículos de intentos de estafa o intentos de corrupción. El poco capital moral que había por la directiva de Salud se destrozó muy rápido”, expresó.

Alertó que el panorama es feo, ya que se endeudó al país y se gastaron los recursos en otra cosa. “Estamos al límite, y no sé cómo va a reaccionar el Estado ante el comportamiento de esta epidemia”, dijo.

CORRUPCIÓN. Pérez Talia coincidió en que la rápida y eficaz reacción gubernamental ante los primeros casos de Covid-19 quedó opacada por los malos manejos administrativos en la compra de insumos médicos.

“Hubo una rápida y eficaz reacción gubernamental apenas conocidos los primeros casos de Covid-19. Pero el desencanto ciudadano avanzó a medida que se observaban los malos manejos en las licitaciones para adquirir insumos. En pleno combate a la pandemia apareció la otra pandemia de raíces más profundas: la corrupción. Al tiempo que el Gobierno cambiaba ad hoc sus protocolos para recibir a Mauricio Macri, o veíamos autoridades sin distancia social o tapabocas, la gente que protestaba era imputada por la Justicia. Todo eso incrementó los niveles de tensión de la ciudadanía”, expresó.

El analista también hizo énfasis en la adquisición de la vacuna y la preocupación que ello ya comienza a generar.

“El tema de la vacuna está generando alguna preocupación. A Paraguay le sobran tan pocos recursos para la inversión y para atender emergencias que no tenemos la posibilidad de salirnos del programa Covax y comprar las otras vacunas, como ya lo está haciendo por ejemplo Argentina. Sin olvidar que requieren cierto nivel de infraestructura que no tenemos”, mencionó.

La ciudadanía hizo su parte al comienzo de la pandemia, acatando las acertadas medidas del Gobierno, que luego se fueron desdibujando por el mal manejo de millonarios recursos.


Casos de corrupción en plena pandemia
1- Caso tapabocas de oro -El escándalo desatado por la presunta sobrefacturación en la adquisición de tapabocas salpicó primeramente a Édgar Melgarejo, entonces titular de la Dinac y uno de los hombres más cercanos a Mario Abdo. El escándalo lo obligó a dimitir en abril pasado, un mes después de decretarse la cuarentena total, debido a la compra de 4.000 mascarillas a G. 29.990 cada una, ante la sospecha de presunta sobrefacturación. La investigación se inició tras varias publicaciones y reclamos realizados a través de las redes sociales. Se corroboró que la empresa y el consorcio que suministraron los tapabocas tenían un contrato de mantenimiento con la institución y que serían firmas de maletín.

2- Caso agua tónica -A la par de que Melgarejo renunciaba a su cargo, la titular por entonces de la petrolera estatal (Petropar), Patricia Samudio, se encontraba en el ojo de la tormenta por otra presunta sobrefacturación. Tras la polémica, Samudio dejó el cargo 6 días después de que lo haya hecho Melgarejo. El procedimiento guardó relación con una denuncia de supuesta sobrefacturación en la compra de tapabocas y termómetros, además de la llamativa adquisición de agua tónica para la petrolera. Las compras, realizadas a través de la vía de excepción, fueron licitadas a la empresa Solumedic SA, en el marco del combate contra el Covid-19. Samudio está procesada por presunta lesión de confianza y tiene medidas alternativas a la prisión.

Caso Imedic -Se comprobó otra presunta irregularidad en la provisión de insumos médicos (camas) para el Ministerio de Salud por parte de la firma Imedic SA, propiedad de Justo Ferreira y Patricia Ferreira. Padre e hija están imputados por contrabando, asociación criminal y producción de documentos no auténticos, Según la Dirección Nacional de Contrataciones Públicas (DNCP), ambas firmas incurrieron en supuestos incumplimientos contractuales, indicios de colusión, falta de presentación de registros sanitarios de los insumos entregados y provisión de documentación a otro oferente del llamado. La cartera sanitaria rescindió los contratos con ambas firmas el 25 de mayo porque además de otras irregularidades los insumos no llegaron a tiempo.

El poco capital moral que había por la directiva de Salud se destrozó muy rápido por los intentos de corrupción.
Milda Rivarola,
analista.

En pleno combate a la pandemia apareció la otra pandemia, de raíces más profundas: la corrupción
Marcos Pérez Talia,
analista..


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