Por Alejandra Vázquez
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Con motivo de las bodas de plata del Arlequín Teatro, su fundador, José Luis Ardissone, repone este 4 de mayo una de las obras cumbres de Arthur Miller: “La muerte de un viajante”. En ella el consumado actor interpreta al padre de Biff, encarnado por su hijo en la vida real: Pablo Ardissone.
Las emociones que suscita este evento son variadas. Por un lado, está el orgullo por los 25 años que transcurrieron desde lo que empezó como un salto al vacío y sin red, y que luego se convirtió en toda una institución. “El nacimiento de Pablo coincidió con mi nacimiento en el teatro, hace 37 años”, cuenta José Luis. La obra fue “Un rostro para Ana”, en la que Ardissone no hacía de actor, sino de escenógrafo.
Por otro lado, están la añoranza y la melancolía de un tiempo que pasó.
Más de 10 años después de esa primera incursión a la vida sobre las tablas, José Luis decide cambiar el rumbo de su vida y el de toda su familia. Así, en 1982, este arquitecto de profesión se aventura a invertir todo lo que tenía en la fundación del Arlequín Teatro.
“Abrimos el 3 de mayo. Cumplir 25 años con una institución cultural en un medio que precisamente no es el más favorable, y que a veces es hasta hostil, resulta toda una hazaña”, asegura José Luis.
Por su parte, Pablo admite que si bien su padre comprometió todo lo que tenía por el teatro, ese coraje y esa entrega resultaron en algo positivo, que hoy es una pasión que comparten en familia.
Ficción y realidad. Para celebrar el cuarto de siglo del Arlequín, los Ardissone actúan como padre e hijo en la ficción. Si bien es la cuarta vez que comparten escena, en esta vuelta el desafío es mayor emocionalmente. “En ‘La muerte de un viajante’ hay un quiebre que produce que yo baje a mi padre del pedestal en que lo tenía. De repente la relación se transforma, en un amor-odio”, adelanta Pablo. Asimismo, Ardissone hijo aclara que esta nunca fue la realidad para él y su padre.
“Es muy difícil decirnos cosas tan hirientes, tan violentamente”, afirma. Pero, por amor al arte, y, por qué no, por amor al padre, los Ardissone juegan a insultarse para celebrar juntos años de pasión por el teatro.
Una histórica obra
El papel de Willy Loman, que José Luis Ardissone interpreta en “La muerte de un viajante”, no es un personaje nuevo para el actor. En el año 1984 Ardissone ya encarnó al conflictuado hombre de negocios, junto a Mirian Sienra. En aquella época Carlos Benegas, quien ahora dirige la obra, hacía de su hijo.