La fiscala Sussy Riquelme, de la Unidad Especializada de Hechos Punibles contra los Derechos Humanos, se constituyó este jueves en el Hospital Neurosiquiátrico de Asunción, en el marco de la investigación sobre los presuntos hechos de tortura ocurridos en el lugar.
La representante del Ministerio Público desarrolló varias diligencias, entre ellas, la toma fotográfica del hospital, solicitudes, tanto del informe médico como la nómina del personal de salud que estuvo de guardia durante los días de la internación del denunciante.
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Además, pidió la ficha del paciente y también serán tomadas las declaraciones en torno al caso.
Alexis Gallagher denunció haber sido víctima de presuntos hechos de tortura durante su internación en el nosocomio.
En ese sentido, fue convocado a prestar declaración ante la unidad de turno, a fin de brindar más datos.
“Me despertaron con agua por la cara”, relata ex paciente
El 5 de setiembre pasado, Alexis Gallagher denunció a través de la red social X (antes llamada Twitter) su experiencia cuando estuvo como paciente en el Neurosiquiátrico.
“Esa primera noche me llevaron a un calabozo que literalmente podemos decir que estaba pintado de cucarachas. No tenía ni letrina, medía 1,5 por 1,5 metros, y frío de menos cero garantizado. Nunca sentí tanto frío y un reflector de estadio apuntado directamente a la camita de cemento de medio metro. Me sedaron y al día siguiente me despertaron con agua por la cara, (luego) más sedación y me llevó un enfermero, agarrado del cuello, hasta la zona de criminales peligrosos”, expresó.
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Relató que tenía unas tres puertas de seguridad y calificó el hospital como “una cárcel interna y escondida”.
Contó que le pusieron con un “esquizofrénico violador” y que les daban un balde con agua para que de ahí carguen sus vasos y tomen agua. Sin embargo, relató que no pudo tomar agua durante tres días, porque su compañero orinaba dentro de ese balde.
“Ese balde de 10 litros él tomaba todo para juntar mucho orín en un tarro de lavandina, con el que me despertaba por tres días en distintos horarios, bañándome a mí y a la cama con su orín”, agregó.
“La comida era un asco”, afirmó
El joven comentó que la “comida era una mierda” y que no pudo comer. Dijo que cuando llegaba su compañero, escupía en ambos platos para comer los dos, motivo por el cual no ingirió alimento alguno en tres días.
Además, señaló que su compañero hacía sus necesidades “en la jaula y agarraba con su mano” para ponerle por todo el cuerpo.
“Esas heces desde el primer día ya se iban sumando y se quedaban costrosas por mi cuerpo. Suplicaba a los enfermeros que me dejen bañarme o me cambien de jaula. Me respondían que eso es lo que merezco”, agregó.
Afirmó que, incluso, su compañero intentó violarlo y que tuvo que amedrentarlo. Sin embargo, lamentó que los enfermos fueron a “hacerle dormir” a pesar de contarles lo ocurrido.
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Manifestó que en el tercer o cuarto día le dieron su alta y que le llevaron a un “pabellón hermoso”, con gente que estaba sana y bien. Además, recordó que le obligaron a bañarse frente a ellos para eliminar rastros de lo que vivió. Luego, llamaron a su madre para que fuera a buscarlo.
“Ella (mi mamá) todos los días (estaba) tranquila, porque le decían que yo estaba megabién y al buscarme, vio ese hermoso pabellón”, fue parte de su escalofriante relato.
Luego de la viralización de este testimonio, otras personas también manifestaron a través de las redes sociales sus terribles experiencias en el lugar.