20 may. 2025

Las identidades de los patriotas, al desnudo

Entre curvas, garabatos y letras de sus firmas, los padres de la Patria revelan lo más íntimo de las personalidades. Sus miedos, ambiciones y egocentrismos ocultos se marcan en las manchas de tinta que hoy hacen historia.

Una persona pensante, orgullosa de ser quien era, detallista y consultor a la hora de tomar decisiones, así fue el doctor Rodríguez de Francia.

Su inteligencia viva, la practicidad y su don de mando se distinguen en el zigzagueo de los trazos que dan fin a su firma. “La d de doctor sobresale, con esto él demuestra sus intenciones de remarcar su jerarquía”, distingue la grafóloga Lourdes Almada.

En su vida privada, familiar y profesional, Fulgencio Yegros, el brigadier, se mostraba tal cual era. Una persona sin afán de materialismo y de poder, así era este prócer nacido en 1780 en Quyquyhó, caracterizado por su practicidad y su patriotismo exacerbado que revela la forma en que inmortalizó su rúbrica en un acta de la época.

El mundo de espirales con el que culmina la firma de este militar denota a una persona inteligente, culta e interesada por todo, pero este poblamiento de vueltas que dan fin a su firma demuestra inestabilidades en su personalidad.

SEXUAL. Lo instintivo, lo material se desnuda en la zona inferior de un autógrafo. El otro Yegros, Antonio Tomás, tenía una debilidad. La g de su firma, letra relacionada con los bajos instintos, pequeña y particular, comunica que no era una persona sexualmente muy feliz.

Según la grafología, ciencia que estudia la personalidad a través del análisis de las formas espaciales de la escritura, cuando esta letra muestra ángulos caracteriza a una persona con desorden agresivo en la sexualidad, cuando es muy grande denota que hay demasiada imaginación, y cuando tiene forma de ocho o da muchas vueltas significa que hay desorden de sexualidad.

El idealista del grupo de mayo era Vicente Ignacio Iturbe. El bucle casi capilar que resalta en su autógrafo de forma inflada revela que el prócer estaba lleno de fantasías buenas y con ganas de salir adelante.

La grandeza de la firma del Capitán, que intimó al gobernador Velasco en mayo de 1811, simboliza su afán de decir “aquí estoy yo”, que caracteriza la forma de ser de Iturbe algo vanidosa y materialista, aunque con impresionante inteligencia emocional, según su b.

PERSONALIDADES. El camaleónico es el calificativo que trasluce de la personalidad del capitán de la independencia Pedro Juan Cavallero. Dos personas en una misma, según interpreta la documentalista.

Una de sus firmas muestra su retraimiento, la naturalidad de su vivir, su inteligencia y su afán de mantenerse en la estructura. En la otra, estudiando solo la C mayúscula con la que inicia su apellido se nota a una persona más segura, vanidosa, orgullosa y con afán de grandeza, por su marcada presencia.

?Esta firma puede ser luego ya de la independencia porque su apellido tiene muchos garabatos”, distingue Almada.

A Antonio Tomás Yegros le gustaba colocar correctamente los puntos, era perfeccionista, de buena sexualidad y muy práctico. Juan Bautista Rivarola tenía mando, pero interiormente sentía miedo.

Fernando de la Mora, el prócer con nombre de ciudad, tenía algo en común con Francia, ya que ambos al firmar subrayaban sus apellidos. Esta característica habitual sugiere que ambas personalidades estaban orgullosas de recalcar sus orígenes.

El más íntimo de todos era el clérigo Francisco Javier Bogarín. El análisis de las letras denota que era un baúl humano, se guardaba todo para sí mismo, no hablaba por hablar, era preocupado, práctico y detallista.

Sin llenar los espacios al enlazar las palabras firmaba el prócer curuguateño Mauricio José Troche: era inestable en su personalidad, altivo, detallista y emprendedor.

Estas estampas bicentenarias dan una pista de cómo eran en la vida privada todos los próceres de la Patria, quienes además de ser egocéntricos, orgullosos de sí mismos, eran por sobre todo fervientes amantes de esta Patria.