Errar es humano, dice el refrán, pero cuando los errores son reiterados y quienes los cometen son agentes del Ministerio Público, esas fallas tienen consecuencia en importantes procesos judiciales y muchas veces favorecen la impunidad, tal como lo ha demostrado un informe publicado ayer por este diario.
Uno de los ejemplos más recientes de las fallas cometidas es el de dos hermanos, quienes hace unos días recuperaron su libertad, tras estar casi siete meses presos indebidamente, porque la Fiscalía los confundió como asaltantes. En este caso, inocentes pagaron por los verdaderos culpables. ¿Quién devuelve a estas personas el valioso tiempo de su vida que les robaron?
Otros casos son aún más emblemáticos, como el ocurrido el jueves pasado, cuando un tribunal debió absolver por el hecho de abandono al padrastro de la niña francesa desaparecida en Emboscada, Reiner Oberuber, “por falta de pruebas en la acusación”, es decir, porque la Fiscalía no demostró la responsabilidad del acusado. La niña sigue lamentablemente desaparecida y el caso no ha podido aclararse.
Sin duda, uno de los hechos más bochornosos, recordados en el informe de Última Hora fue el del ex senador colorado Óscar González Daher, quien en agosto recibió su segunda condena. En el juicio oral, los jueces tuvieron que volver a hacer sus propios cálculos, ya que había varias confusiones con lo expuesto por los fiscales y la perito. Los magistrados admitieron que tuvieron un “trabajo duro y complejo”, porque había pruebas duplicadas y tuvieron que analizar todos los documentos de la Secretaría de Estado y Tributación (SET), para poder sostener el fallo condenatorio.
Igualmente, un sonado caso fue el que involucró al entonces director del Departamento Técnico Aduanero de Vigilancia Especializada (Detave), general Ramón Benítez, quien cayó preso por recibir supuestamente dinero proveniente del contrabando. En este caso, Apelaciones anuló la preliminar en la cual se elevó a juicio el caso. Se pidió la exclusión de pruebas, ya que las escuchas telefónicas que admitió la Fiscalía se hicieron sin orden judicial.
Del mismo modo, en varios otros juicios se tuvo que absolver a los acusados por llamativo errores de la Fiscalía. En diciembre del 2020, el ex senador Jorge Oviedo Matto fue absuelto de tráfico de influencias. Acusado de pedir dinero a una fiscala a cambio de ayudarla en su caso; sin embargo, quedó libre. El Tribunal criticó la labor fiscal sobre el audio peritado.
También en setiembre de ese año fue sobreseído el asaltabancos Amado Ramón Benítez. Se anuló su indagatoria, ya que no se le habían explicado los hechos por los que se le procesaron. Los jueces consideraron como grosero el error de la fiscala Sonia Pereira.
Esto y muchos otros errores de la Fiscalía favorecen la impunidad ante graves delitos. La gran pregunta es si las fallas se producen por incapacidad o son de propósito.
Se debería hacer una investigación más acabada sobre las falencias y aplicar las medidas que correspondan, de modo a mejorar la acción de la Justicia.