27 jun. 2025

Las emociones y la dinámica familiar

26480452

Licenciada Belén Espínola

Las emociones desempeñan un papel significativo en la dinámica familiar. Tanto las emociones placenteras como las displacenteras pueden influir en la crianza de los padres y en la relación con sus hijos.

Es fundamental comprender que las emociones son parte natural de nuestra existencia humana, sin ellas todo sería lineal y sin sentido. Entonces, basados en la idea de que son necesarias para un desarrollo adecuado de la experiencia, no podemos clasificarlas como “buenas o malas”, más bien, sería productivo y nos ayudaría a amigarnos con ellas, estableciendo que existen emociones que son agradables, es decir, las placenteras, como la alegría, la gratitud, entre otras y las que son desagradables, las displacenteras, como el enojo, la tristeza y otras.

Las emociones pueden afectar positiva y negativamente en la dinámica familiar, acompañando con ejemplos de la vida cotidiana:

Influencia positiva

• Amor y afecto. El amor y la ternura son fundamentales en la dinámica familiar. Estas emociones crean un ambiente cálido y afectuoso que fortalece los lazos familiares.

• Alegría. La alegría y la felicidad generan momentos de diversión y risas en la familia. Estas emociones ayudan a crear recuerdos positivos y fortalecen la conexión entre padres e hijos.

• Empatía. La empatía es esencial para comprender las emociones y necesidades de los demás. Cuando los padres muestran empatía hacia sus hijos, pueden brindar apoyo emocional en momentos difíciles. Muestre comprensión y apoyo cuando un hijo está triste por un problema.

Influencia Negativa

• Estrés y frustración. El estrés y la frustración pueden llevar a respuestas emocionales negativas, como la impaciencia o el enojo. Esto puede crear un ambiente tenso y afectar la comunicación. Por ejemplo, cuando los padres están estresados por el trabajo, pueden ser menos pacientes con sus hijos.

• Tristeza y depresión. La tristeza o la depresión de uno o ambos padres pueden afectar negativamente la dinámica familiar. Esto puede llevar a una disminución en la interacción y la calidad del tiempo en familia.

• Ira y hostilidad. La expresión de la ira y la hostilidad puede dañar las relaciones familiares. Los constantes conflictos y la comunicación agresiva pueden crear un entorno inseguro para los niños.

Es normal experimentar infinitas emociones en la crianza, pero es importante aprender a gestionarlas de manera efectiva. La comunicación abierta y respetuosa entre los padres es clave para abordar el estrés y resolver conflictos. Buscar apoyo emocional a través de amigos, familiares o un terapeuta puede ayudarte como madre o padre a lidiar con tus emociones, especialmente las displacenteras y que generan malestar. Practicar la autorregulación emocional a través de técnicas puede ayudar a manejar el estrés.

Más contenido de esta sección